APEMECAFÉ es una organización de los pequeños y medianos productores y recolectores de café, que acompañando a los caficultores en sus exigencias y luchando junto al campesinado ha obtenido como premio la estigmatización y la victimización. Basta recordar el genocidio contra la junta directiva de la Asociación en la década de los años 90s y cuyo último asesinato fue el del presidente de la organización, Demetrio Aldana en el municipio de planadas Tolima. Aun así, continuamos hoy luchando por la exigencia de los derechos del campesinado, pues lo consideramos objetivo principal.
El campesinado al igual que las comunidades rurales han sido propositivas, presentado frecuentemente iniciativas de reforma agraria en el congreso de la república, por ejemplo, la presentación del proyecto de ley alterno o proyecto de ley de reforma agraria y desarrollo rural integral, propuesto por las organizaciones pertenecientes al espacio denominado Mesa Nacional de Unidad Agraria, que sin encontrar voluntad política en el gobierno para el respectivo trámite de consulta previa a fin de dar cumplimiento a los requisitos para la discusión en el congreso de la república, como un ejemplo para no recordar lo sucedido con el mandato nacional agrario en el año 2003, pero la clase política siempre ha tenido un pretexto para desatender las iniciativas, provenientes del campesinado. Así no se vale, señores del gobierno.
En días anteriores en el programa contravía del canal capital entrevistaron a varios dirigentes agrarios, quienes formularon preguntas a los candidatos a la primera magistratura del estado, sin que hasta ahora haya respuesta a estas inquietudes sobre: conocer los mecanismos para dar solución a la profunda crisis estructural del campo colombiano; o como se resolverán las exigencias de quienes hoy hacen parte integrante de la cumbre agraria, campesina, étnica y popular, teniendo en cuenta la existencia de un decreto que institucionaliza la mesa de negociación; y si se tendrá en cuenta lo acordado en el punto sobre lo agrario, primero de las conversaciones con la guerrilla de las FARC en la implementación de las soluciones de la crisis del campo en nuestro país.
El silencio de los aspirantes a dirigir los próximos cuatro (4) años los destinos de nuestro país, augura mal presagio para quienes buscan atención integral a la profunda crisis estructural por la que atraviesa el campo colombiano. Seguramente si los líderes campesinos los hubiesen mandado a callar como lo hizo algún mandatario de otro país, habrían obtenido alguna respuesta. Esperamos en esta ocasión que a las comunidades que están exigiendo soluciones no se queden con los crespos hechos, y quien gane el próximo domingo la presidencia de la república, responda las preguntas del campesinado y solucione las causa de la profunda crisis estructural, para no tener que decir, vuelve y juega, nos desconocieron de nuevamente, como está ocurriendo con el censo agropecuario.
Finalmente, la desatención a las exigencias del campesinado, las comunidades afrodescendientes y los pueblos indígenas que originaron movilizaciones y bloqueos de carreteras el año anterior y en lo corrido de este año, todavía no han sido resueltas, es decir que, las causas originarias de los conflictos caracterizados como sociales, políticos, económicos culturales y ambientales persisten y que solo concertando acuerdos para resolver estos conflictos lograremos alcanzar la paz y con justicia social, de lo contrario sería continuar en la guerra y sin esperanza de la anhelada paz. Así no se vale, señores gobernantes.
Julio Armando Fuentes, integrante de la dirección nacional de APEMECAFE, vocero de la MIA nacional e integrante del grupo de paz de Planeta Paz.
