El senador Antonio Zabaraín no habló por iniciativa propia. Poco antes de la plenaria, sus dos mentores políticos Germán Vargas Lleras y Álex Char le pidieron asumir la vocería de Cambio Radical. La instrucción era defender al fiscal Néstor Humberto Martínez, copartidario y muy amigo de ambos que ha estado con ellos desde la fundación del Partido hace veinte años. Sin embargo, las cosas no salieron bien. Zabaraín no conocía del caso Odebrecht como él mismo reconoció, y pasará a la historia por su incongruencia, ignorancia y actuaciones teatrales que dejaron mal parada la colectividad que lidera Vargas y la bancada Caribe que lograron armar los Char en las pasadas elecciones. Zabarain dejó en evidencia que a ambos les importan solo los votos para llegar al Congreso y no la calidad de sus agentes políticos.
Zabaraín se inició en la política en 1997 como un boxeador. Peleando en el ring judicial la Alcaldía de su pueblo, Ciénaga en el Magdalena, que perdió en las urnas por escasos tres votos con su contrincante liberal José Rafael Serrano. Impugnó el resultado y durante veinte meses se enfrascó en una pugna jurídica que terminó dándole la razón. Finalmente logró ser alcalde tres meses.
Para lanzarse a la contienda creó su propia colectividad. Conservador, empresario y desde entonces son muchas las vueltas que ha dado, mezclando política y negocios. Su efímero paso por la Alcaldía le alcanzó para firmar con la empresa Operadores de la Sierra un contrato del que los pobladores de Ciénaga, veinte años después, se siguen quejando por los pésimos condiciones sanitarias.
Su origen conservador lo convirtió en un admirador de Roberto Gerlein “a quien intenta copiarle hasta la manera de hablar”, dicen sus cercanos. De allí su fórmula para la Cámara, Karina Rojano, hijastra de la destituida congresista y muy cercana al clan Gerlein, Aida Merlano. Sin embargo la ruta empresarial terminó acercándolo a los Char. A mediados de la década pasada trasladó sus empresas a Barranquilla; se casó en el 2010 con la exrepresentante por el Atlántico Inés Cecilia López y con ella ha logrado consolidar la maquinaria y los negocios.
Fue Fuad Char quien lo convenció del tránsito hacia Cambio Radical. Zabaraín llegó al senado con 75 mil votos completando el grupo Char, una bancada de cuatro senadores —Arturo Char, Luis Eduardo Díaz Granados, Antonio Zabaraín y Fabián Castillo— y cuatro representantes a la Cámara —César Lorduy, José Amar, Modesto Aguilera y Karina Rojano, fórmula de Zabaraín—. Cada uno de los representantes elegidos por la casa Char logró cerca de 70 mil votos y entre todos los senadores sumaron casi 400.000 votos. Con los abultados resultados, la casa Char logró hacerse sentir dentro de Cambio Radical, un partido en el que tienen todo el peso de decisión.
En el Congreso le hicieron un fuerte reclamo a Zabaraín por su intervención desencajada y fuera de contexto, y no cayó nada bien que el presidente de la comisión sexta de Educación en el Senado asegurara que las marchas estudiantiles están financiadas por dineros del narcotráfico.
La representación de los Char en el Congreso es de peso pero que al final, con la intervención de Zabaraín, catalogada masivamente como de oso, les ha empezado a sumar desprestigio, contrario a aquello que tratan de proyectar desde la Alcaldía de Alex Char en Barranquilla.
