“Es que el puente está muy lejos”, “es que voy de afán”, “es que alcanzaba a pasar”, “es que me parece innecesario”, “es que son peligrosos”. Muchas son las excusas y pretextos que usan las personas, para eludir una obligación y tratar de disimular cuando se actúa de mala manera. Pero ¿estas excusas son válidas cuando se trata de mi vida?
Según la Real Academia Española, RAE, un peatón es una “persona que va a pie por una vía pública”. Individuos que por cosas de la vida, de Dios, la Virgen María o el Divino Niño, nos transportamos haciendo uso de nuestras extremidades inferiores, vamos a pie.
Acciones tan pequeñas y a la vez tan primordiales como cruzar un puente nos hacen peatones, pero de los buenos. De esos que dejaron de buscar pretextos para empezar a cumplir y respetar las normas. Personas, como ustedes y como yo, que entendemos que la conducta vial es algo importante y que se debe tomar en serio.
Innumerables veces nos quejamos de las imprudencias que comenten los demás y nos molestamos porque los conductores no respetan las señales de tránsito y ponen en riesgo la vida de nosotros, los buenos del paseo, los que siempre cumplimos las normas y actuamos de buena manera.
Pero, señor lector, ¿en serio es usted un buen peatón?, ¿cruza por los sitios adecuados?, ¿espera a que el semáforo peatonal se ponga en verde?, ¿transita por los andenes? ¿No le da pereza usar el puente? Si es así, mil felicitaciones, se acaba de ganar el título de: buen peatón. Pero para mí, y sé que para muchos otros, la realidad es otra, pues nos toca ver cómo las demás personas arriesgan su vida, ya no por dos mil pesos, sino por ahorrarse dos o tres minutos, al no cruzar el puente peatonal.
Los puentes peatonales son parte de la infraestructura vial, elementos esenciales que permiten que crucemos una vía peligrosa, sin poner nuestra vida en riesgo. “Una construcción, por lo general artificial, que permite salvar un accidente geográfico o cualquier otro obstáculo físico como un río, un caño, un humedal, un camino, una vía férrea o cualquier obstrucción”, según el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU. Están ahí y no los usamos. Listos para mantenernos seguros y nadie se da cuenta.
¿Debemos ser castigados por no usarlos? ¿Se debe multar a la persona que arriesgue su vida y cruce la autopista corriendo y esquivando vehículos? ¿Esta es la solución? ¿O la solución es educación?
Según el Código Nacional de Tránsito, en su artículo 57, “cuando un peatón requiera cruzar una vía vehicular, lo hará respetando las señales de tránsito y cerciorándose de que no existe peligro para hacerlo”. Y claro, esto se tiene muy presente, porque una madre cabeza de familia, con su hijo en brazos, tiene claro que la mejor forma de cruzar la autopista es correr en medio de ella y esquivar cualquier obstáculo que se presente, esto es muy seguro, por supuesto. O el adolescente que sale de colegio y le causa gracia correr y que los conductores le piten y le cuestionen su conducta.
Pero esto no nos gusta, no nos agrada que los demás nos digan que estamos actuando mal, porque los señores ejemplares siempre tenemos la razón y el que comete la falta es el otro, nunca yo. ¿No?
Si un conductor no cumple las normas de tránsito es castigado, la mayoría de las veces, por las autoridades. Pero, ¿Alguna vez castigan a los peatones? Para sorpresa suya, si no lo sabe, la respuesta es sí, o al menos eso indica la ley.
En el artículo 58, del Código Nacional de Tránsito, se expresa que los peatones no podrán “cruzar la vía atravesando el tráfico vehicular en lugares en donde existen pasos peatonales” y si son sorprendidos cometiendo infracciones como estas “se harán acreedores a una multa de un salario mínimo legal diario vigente”.
Las normas están ahí y deben ser cumplidas, así como decimos convencidos que tenemos derechos como peatones, también tenemos deberes y que nos tengan que decir que se debe cruzar el puente peatonal, porque es más seguro que cruzar una autopista, es realmente algo ilógico y que deberíamos saber.
Según el primer estudio de Caracterización del Comportamiento de Peatones en Colombia, liderado por la Corporación Fondo de Prevención Vial, “el 61% de los colombianos son caminantes habituales”. Eso significa que 6 de cada 10 personas utilizan los andenes, las esquinas y los semáforos para peatones en algún momento de la semana.
Por eso es importante que contribuyamos a hacer de la calle un espacio donde prime el respeto y la tolerancia. Transite por los andenes, cruce por las esquinas y evite caminar por espacios que no le corresponden. ¡Use el puente!