Hoy por fortuna o infortunio , aún no lo sé, tuve que ver por segundos el evento de campaña de Vargas Lleras en Cartagena, noté varias cosas que me irritaron bastante. Me di cuenta de que eligieron un lugar ubicado en la avenida principal de Cartagena, contiguo a la ciudad amurallada, estratégico; habían varios buses alquilados y cientos de personas de los barrios estratos cero, uno y dos de Cartagena. Les hicieron un concierto musical, con orquesta en vivo, tarima, un montaje de luces como si el candidato fuera un gran artista (y de hecho lo es, es un gran artista del engaño), todos estrenaban camiseta con el logo de campaña, gorra, y disfrutaban de la fiesta con espectáculo pirotécnico, anunciando la salida del Señor; habían niños, mujeres, hombres, familias completas.
Me imaginé el costo de ese montaje y del alquiler de todo esto: buses, vallas, luces, tarima, pólvora, la compra de todo lo que regalan... en fin; pude concluir lo que ya sabemos de este tipo, es un hombre déspota, trásfuga, discriminante y arbitrario, pero cobarde. Este hombre no tiene los huevos para meterse a los barrios donde están todos ellos, ver sus vidas de miseria económica, hambre, y vida al mejor estilo de la periferia colombiana; por el contrario prefirió sacarlos de ahí, por su comodidad personal, los trajo de sus barrios y les ofreció lo que les gusta, fiesta y una que otra mentira, para estrenar camiseta.
Días antes, hablé con alguien que conozco y que vive en uno de los barrios más jodidos de esta ciudad, me contó que este y otros candidatos les ofrecen 25 mil pesitos por el voto. Pensé... carajo, es un día de trabajo para esta gente. Entonces yo reconozco que quizás yo también lo vendería y varias veces, como ella lo hace, para luego anular el voto marcándolos a todos en el tarjetón con una equis en su cara como en señal de hastío y rabia por las promesas incumplidas, pero no sin antes cobrar 25 mil por cada lista de inscripción de cédula. Me haría 150 mil en un domingo, porque hay que decirlo, cuando se está en una mala racha, hay deudas, hambre y necesidad cualquier peso extra alivia...
En retrospectiva veo esto y pienso con dolor e indignación... Colombia nunca va a cambiar de manos, seremos siempre los mayordomos de los dueños de esta finca... somos un pueblo que vive del pago diario que da un mal empleo, de gasto diario que la vida exige, de promesas incumplidas de estos políticos corruptos pero poderosos, sumado a que somos un pueblo ignorante por conveniencia para los gobernantes, que somos esclavos del mismo grupo de poder desde hace 40 años. Un país de políticas públicas de corto aliento, que duran lo mismo que el dinero que pagan por cada evento de campaña o por cada uno de los votos.