Ya hace tiempo que todos despotricamos sin medida de los terribles problemas de Bogotá, que la seguridad, que el transporte público, que, que, que, siempre hay un “que” con prejuicio, instigador, condenador, con ganas de culpabilizar a alguien de manera inmediata como si esto corrigiera todos los desastrosos problemas que ya tenemos.
Yo soy rolo, nací en la Atenas latinoamericana, la que hoy por distintas circunstancias lamentablemente es solo parecida a Atenas por las ruinas, pero no pretendo seguir enumerando la cantidad de problemas que se presentan en la capital, ya todos los conocemos, esta vez la tarea es diferente. ¿Y que tal si? Es lo que todos los que vivimos en la ciudad nos deberíamos preguntar, en vez del espantoso “ que”, porque señor ciudadano esto no es culpa de alguien más, esto es culpa de todos, nosotros hemos sido los que hemos destrozado a Bogotá, los que la hemos llevado al punto tan ridículo de ser intransitable, gastar en un recorrido del norte de la ciudad a la zona industrial ida y regreso aproximadamente 4 horas y 6 horas en la famosa hora pico, es como ir de Bogotá a Buenos Aires sin escalas, algo ridículo, sin embargo nos quejamos y seguimos andando en carro, ¿y que tal si usamos una bicicleta?.
Nos hemos vuelto cada vez más intolerantes, no nos soportamos, pero no nos hemos dado cuenta que debemos coexistir, que no somos únicos en el planeta, que todos no pensamos igual , por cierto seria muy aburridor, pero fallamos en la materia más importante: el respeto, ese que tanto pedimos pero que nunca damos y fallamos porque tenemos miedo, hemos crecido con miedo y nos hizo intolerantes, agresivos, claro no todos son así, infortunadamente la gran mayoría, por eso ¿por qué no nos detenemos un momento y pensamos en la necesidad de vivir sin agresiones?, como lo decía Jaime Garzón “¿Para que queremos carreteras de ocho carriles si nos agredimos?” es hora de disfrutar la ciudad,de verla diferente, dejar de criticar y comenzar actuar, es muy común ver personas en Bogotá diciendo cosas como “La gente es muy sucia, mire como tiene la calle” y a las dos cuadras tiran el papelito que no le estorba en el bolsillo hasta que encuentre una caneca, eso es lo que debemos cambiar, debemos comenzar a pensar más en el otro, a no pasar por encima de la gente como si todo fuera una competencia.
Bogotá tiene varias cosas que son sagradas, el cerro de Monserrate, sus dos equipos de fútbol, el ajiaco, entre otras, y yo he subido a Monserrate 2 ocasiones, no soy hincha de ninguno de los dos equipos capitalinos y el ajiaco no me gusta, sin embargo le puedo decir que Bogotá está llena de gente buena, que comete errores , sí, pero podemos cambiar, sé que podemos regresarle a nuestra amada capital ese estatus de gran ciudad que nosotros mismos le hemos arrebatado por nuestro mal comportamiento, podemos hacerlo, porque hemos hecho cosas increíbles, pero lo mas importante es porque ser Bogotano es un honor, podemos hacer que la gente quiera venir a Bogotá cambiar nuestra mentalidad y ser esas personas amables que ayudan que ceden el puesto, que respetan a los mayores, que se ponen la camiseta y cambian lo malo por algo bueno sin estar echando culpas y solo eso, esos bogotanos trabajadores, ese ciudadano de la capital que te hace sentir parte de un lugar increíble, por supuesto, es un camino largo , no podemos perder de vista los problemas que tenemos pero debemos actuar, cada cual de la manera que pueda contribuir al mejoramiento de la ciudad, seguramente muchos aportarán grandes cosas, y los que no creen en estas palabras solo déjeme preguntarles algo ¿no le gustaría una ciudad amable, sin tantos problemas, donde puedan vivir más tranquilos? Pienso que todos queremos lo mismo, y es deber de todos conseguirlo no solo de unos cuantos.
Cuando lo logremos, seguramente comprenderá las maravillas de la ciudad, nuestros teatros, parques, pero sobre todo nuestra gente, podemos ser mejores y cuando lo logremos Bogotá será mejor y en ese momento Colombia también mejorará.