Una de las principales dudas que acaecen sobre muchos jóvenes Colombianos, es qué hacer con su derecho al voto. Nada está claro ad portas de las elecciones parlamentarias del próximo mes de marzo. Sin embargo, si miramos a fondo el problema, no resulta ser un hueso fácil de roer.
Durante la segunda mitad del siglo anterior, nuestra patria se vio hundida en una guerra sin precedentes: liberales y conservadores debatían (por decirlo de forma amable) el futuro de la sociedad Colombiana.
“La Santa Iglesia vs el Demonio”
No traeré a colación los miles de muertos que la lucha de dos partidos políticos le dejó –y le sigue dejando- al país. Centrémonos en el presente, intentemos no recordar la peor época de la Democracia Colombiana.
Ayer, un compañero de la U me preguntó ¿Sabes a quien le puedo vender el voto? La violencia nunca ha sido lo mío, pero por un momento casi lo olvido. Es como mínimo, nefasto, saber que la franja más joven de la sociedad, se plantee su decisión política de acuerdo a quien pague más por un voto. No culpo a mi compañero, ni a los miles de adolescentes colombianos que no saben que la cédula es más que un tiquete de ingreso a bares y un pase libre para que consuman licor y tabaco libremente.
Quiero extender una invitación a todo colombiano que crea que tiene vocación de servicio a no negarle a los suyos, la oportunidad de vivir en paz, de vivir en armonía, de tener el espacio en el cual se puedan desempeñar libremente. Sueño con una Colombia libre y en paz. No libre de Álvaro Uribe, libre de rencor, no libre de Alejandro Ordoñez, libre de parcialización.
Es típica respuesta de Reina de Belleza
Así le dicen a la idea de creer en un país libre, en un país en donde los gobernantes trabajen en función de su pueblo, para ellos, no me importa si es Socialismo, Comunismo, Capitalismo o cualquier tipo de organización, siempre y cuando mi derecho a educarme sea respetado, mi derecho a la salud garantizado. Donde deje de ser un número, donde deje de ser una cifra, o un objeto de estudio. Quiero aportarle todo de mi a mi patria, al igual que todos los jóvenes de este país, pero no será posible si la solución se cree posible en manos de un extranjero que poco sabe de Colombia, sin importarme si su apellido es Lagarde, Yong o Williamson. Me importa que sea Echenicue, Piraquive (ojalá no sea religioso) o Arrieta. Que sean ellos los principales doctrinantes en la teoría económica Colombiana. La necesidad de millones de madres que mantienen a sus hijos con migajas del estado o con limosnas de terceros, deberían ser la prioridad, no la calificación favorable de entidades financieras extranjeras. Me duele tener un presidente que dice que a sus políticas se les debe hacer MAS publicidad, me duele que cambien el sistema de calificación del DANE para sacar pecho diciendo que hay menos del 10% de la población sin empleo. ¿Se imaginan eso? Casi el 10% de mi país no tiene ingresos, ni siquiera el irrisorio salario mínimo.
¿No le da pena alegrarse con esa cifra, Presidente? Saque pecho cuando el Desempleo llegue a 0. Cuando no hallan más colombianos muertos en las puertas de un hospital, mientras los dueños de las E.P.S se pagan clases privadas de Golf con el dinero de la atención del difunto, cuando no exista un Colombiano sin educación “gratuita y de calidad”, cuando la violencia imperante en cada rincón del país, sea un mero recuerdo. Hoy están haciendo circo en la Habana, mientras tanto, las diferencias sociales que trajeron a la vida al monstruo llamado “violencia” siguen ahí, con sus odios vivos. A este paso, seremos un circo andante, la Habana será de desfile obligado para millones de Colombianos que no vean en “el buen camino” la solución a sus problemas, problemas que se acaban con solo mirar al país, preguntarle que necesita y dárselo.
Prefiero que mis compañeros de clase sigan inocentes ante la realidad tan devastadora que vive Colombia, a que salgan a apoyar intenciones eleccionistas de terceros que, cegados por el odio quieren echar por la borda, la poca buena intención que queda en un grupo de violentos Colombianos que quieren creer en la Democracia.
Por esto invito a todos: Candidatos y electores a que trabajen por la nación, no por sus bolsillos, por su país, no por sus colaboradores. Colombia se los agradecerá.
Andrés F Berrío @DresBerrio
