Esta es nuestra realidad, amarga y triste. Estos asociales y criminales se levantan, se miran al espejo, se acicalan, se dan la bendición, se despiden de su familia y salen a "trabajar". No se sorprendan, así es, es su modo y estilo de vida... Para ellos es normal delinquir...
Se necesitan los tres poderes de la república unidos, con huevos y pantalones, organizados y sin compasión para con el crimen en este país. Estamos cansados de gobernantes y congresistas laxos, sensibles, complacientes y miedosos con el crimen. Nuestro sistema penal requiere de un cambio radical.
La gente de bien anda desprotegida, inerme e insegura a la merced de los bandidos. No nos podemos defender porque los asesinos somos nosotros y hasta nos toca indemnizarlos y aguantarles sus amenazas para no seguir con los procesos. El sistema nos revictimiza.
Los asesinos andan armados hasta los dientes y los ciudadanos de bien no pueden portar armas para defenderse ni defender sus bienes y sus familias. Es que ni siquiera dentro de tu casa puedes tener un arma y usarla porque te metes en líos con la ley y hasta por homicidio te juzgan.
Uno que es la víctima debe demostrar que no es el asesino y el criminal. Mientras tanto, el hampa se burla literalmente de la justicia. Ayer en Bogotá asesinaron a un ciudadano. ¿Hasta dónde o hasta cuándo debemos soportar esa situación?
Los ciudadanos exigimos ejercer nuestro derecho a la defensa propia y de nuestra integridad, la defensa de nuestros seres queridos e incluso de cualquier ciudadano que en nuestra presencia esté en peligro. Lo anterior además de la defensa de nuestros bienes muebles e inmuebles, y de nuestra propiedad privada. Tenemos derecho a portar nuestros elementos de defensa de manera legal y cumpliendo los requisitos y exigencias de ley.
Nuestra patria está con los valores invertidos, los criminales son buenos y faros de la moral y los ciudadanos de bien somos los radicales, intolerantes y los malos. La criminalidad se combate con mano dura, es un mito que no se pueda aplicar mano dura conservando el marco de la ley, no se dejen engañar, ello es una leyenda...
Dentro de la legalidad la autoridad debería poder ejercer su función en pro y en pos de los ciudadanos de bien. Los policías y nuestro ejército prácticamente han sido despojados a lo largo de los años de sus herramientas legales para defender la comunidad e incluso y chistosamente, para defenderse ellos mismos.
Hace poco capturaron una banda y se burlaron de la policía tomándose unas fotos que son afrenta contra la sociedad... efectivamente, salieron libres y, adivinen, los policías están en líos por el simple hecho de publicar las fotos. Es decir, en vez de irse lanza en ristre contra los hampones, los policías terminaron jodidos en un proceso.
Los vándalos hacen y deshacen, hay impunidad, leyes excesivamente libertinas y flexibles, con lagunas y vacíos aprovechados muy bien por el hampa. Colombia necesita congresistas que lleguen a cambiar la constitución en sus entrañas de lo penal, la ley debe ser ejemplar y severa, indudable y radical. El poder debe ser de los ciudadanos de bien y no de la criminalidad.
Colombia necesita gobernantes con voluntad política acérrima y guerrera, con pantalones, fuerza y decisión para proteger a la sociedad de bien. También, un aparato judicial incorruptible, preciso, decisivo, inflexible con los asesinos y ejemplar. Así mismo, jueces reales, magistrados objetivos, cortes neutrales y justas que no tengan arraigo ni relaciones con el crimen, ya sean criminales actuales o excriminales.
Cómo me duele este país... a esperar que mañana sea un buen día y que no sigan asesinando ciudadanos por robarles... en estos días apuñalaron a una señora por robarle el recipiente del almuerzo, creo que ello les dice todo...
Necesitamos políticos de posición digna y fuerte que combatan el crimen y el hampa con todas sus fuerzas legales y que propongan y radiquen proyectos de ley de reforma del código penal.
Necesitamos que los abogados en vez de demandar al estado, radiquen proyectos de reformas constitucionales para fortalecer la justicia y los operadores jurídicos.
Necesitamos gobiernos que nos defiendan del crimen de los extranjeros, la gran mayoría de los crímenes hoy en día y especialmente en Bogotá son cometidos por extranjeros y nada pasa, ellos son los que mandan aquí, los foráneos somos nosotros en nuestra propia tierra.
A orar todos, las cosas apenas empiezan.