En medio de esta cuarentena queda mucho tiempo para reflexionar. Por todos los medios las personas expresan sus sentimientos sobre lo que está ocurriendo: memes, videos, escritos, denuncias y demás. Sin embargo, en lo más profundo considero que hay una reflexión esencial sobre la cual nos deberíamos centrar, pero para llegar a ella pensemos en lo que está pasando.
Alrededor del mundo los gobiernos han tomado medidas para contener la pandemia, pensando a futuro retomar la vida normal, o sea continuar viviendo como lo veníamos haciendo. Por otra parte, se ha observado un renacer de Gaia (la tierra), vemos cómo los animales silvestres deambulan por centros poblados en todo el mundo, las bahías de las grandes ciudades se aclaran, el aire está más limpio, la contaminación ambiental alrededor del mundo ha tenido disminuciones importantes en este mes largo de cuarentena global, es decir, Gaia se revitaliza.
El caso es que este renacer de Gaia no se da por una decisión del ser humano, corresponde más a un efecto colateral de la cuarentena. El planeta está en cuarentena por miedo a un ¿enemigo? Y esto ha tenido como efecto secundario el mejoramiento de Gaia. Sabemos que el reloj del mundo —así como en el tiempo de la guerra fría había un teórico reloj del mundo, que llegó a estar a cinco minutos de las doce (hora límite para la guerra nuclear)— está tal vez a unos segundos de las doce y que con esta cuarentena se ha logrado retrasar algunos segundos, ¿pero qué pasará cuando volvamos a la vida normal? Pues el reloj continuará con su marcha hasta el segundo final.
Estos hechos son los que llevan hacia la reflexión esencial. Tal vez el ser humano en vez de enfrentar la pandemia como lo está haciendo, ¿por qué no comprende que está ante la gran oportunidad, ante la coyuntura de las coyunturas? Por tanto, es hora de pensar en rediseñar la cultura global, entendiéndola como aquello que es hecho por el ser humano, por oposición a lo natural, para precisamente armonizar cultura y naturaleza.
En fin, es triste ver cómo muere gente alrededor del mundo a causa de la pandemia, pero recordemos que en el tiempo normal muere a diario mucha más gente a causa de nuestra cultura. Ahora bien, viendo los cambios positivos que está teniendo Gaia, démonos la oportunidad de que la vida normal sea otra, una en donde el ser humano no es el rey de Gaia, sino que es parte de ella, en donde los ciclos de la vida normal se sincronicen con los ciclos de Gaia, recordando que el principio de vida de Gaia se llama simbiosis.
Mientras sigamos enfrentando la pandemia como si fuera una piedra en el camino de la vida normal, tarde o temprano lo lamentaremos. Habrá sido simplemente como un oasis en el desierto para Gaia, con posibilidades de un posible efecto rebote. Y entonces, ¿qué posta le entregaremos a nuestros hijos? Si es que habrá alguien a quien entregársela.