El mundial de fútbol que terminó el pasado domingo, en el Estadio Maracaná, no solamente dejó en la memoria colectiva de quienes amamos ese deporte a Alemania campeón, a un Messi fracasado y a un Brasil que nunca se podrá borrar la mancha de haber sido local y comerse 7 goles en una semifinal. Algo de total importancia que queda tras la Copa del Mundo, organizada por la FIFA, es el surgimiento de Colombia como uno de los equipos más fuertes del mundo. Éste triunfo del fútbol nuestro, por supuesto, tiene nombre y apellido propio: José Pékerman. Personalmente, don José le estaré agradecido toda la vida y cuando usted lo desee podrá pasar por mi casa y será recibido como un invitado de honor. No le puedo dar algo tan 'significativo' como hicieron algunos padres de familia 'modernos del país', quienes bautizaron con su apellido a sus criaturas recién nacidas. Lo que no puedo aceptar, por estos días, es que millones de colombianos quieran su continuidad en el puesto de comandante de la Selección Colombia. La verdad yo quiero que usted se vaya por favor.
La historia del fútbol ha demostrado que un mundial, sin importar el resultado del equipo que participó, es el momento perfecto para empezar un nuevo ciclo en un combinado nacional. Muchos, claramente, me podrán hablar de Vittorio Pozzo y su bicampeonato cuando el mundial no era lo que es ahora y, por si fuese poco, el cargo de Director Técnico no tenía la importancia que tiene ahora. En la década de los 30 no había tácticas; solamente se jugaba en desorden.
No hay que ir muy lejos para empezar a aprobar mi tesis. Vicente del Bosque, campeón del mundo con España en el 2010, decidió continuar con al frente de 'La furia' y aunque logró algo épico, ganando la Euro del 2012, vivió el papelón de su vida en canchas brasileñas; su impresionante equipo, en el mundial, no logró pasar al menos la primera ronda. Marcello Lippi, entrenador campeón del mundo con Italia en 2006, había elegido dejar la 'Azzurra' tras ganar la final en Berlín. En 2008, tras una Euro horrible para los 'tanos', dirigidos por Donadoni, cometió el grave error de aceptar nuevamente a la 'Nazzionale'; en Sudáfrica 2010 no logró pasar la primera ronda y pasó de ser un héroe a un villano en el país de la bota. Inclusive el Dr. Carlos Salvador Bilardo, campeón del mundo en México 86 con Argentina, repitió en Italia 90 y aunque llevó a la blanca y celeste a la final del mundial que, posteriormente, perdió con Alemania, fue fuertemente criticado porque su equipo no jugaba a nada, solamente, tenía al más grande jugador de la historia de este deporte (Maradona) y eso marca diferencia.
Nosotros, debemos partir desde más abajo aún. No ganamos el mundial. Que lo hayamos celebrado como eso es, totalmente, diferente. Nuestro papel, de la mano del técnico que dirigió a Argentina en Alemania 2006, fue brillante pero creo que debemos empezar a forjar un cambio. El otro año tenemos la Copa América en Chile. Por supuesto, tras este mundial, va a ser prácticamente una obligación ganarla. Que nos haya ido excelente en la Copa del Mundo no necesariamente nos obliga a eso. Vamos a cruzarnos con una Argentina subcampeona del mundo, un Brasil que siempre es importante y un Chile que como local, y con el equipo que tiene, está más obligado que nosotros a ganar el torneo continental.
No me quiero imaginar si el profe Pékerman continúa al frente de la tricolor y en el país austral, por las razones que sea, no pasamos la primera ronda. Con lo desagradecidos que somos, podría llegar a darse que nos salga a deber un personaje que por lo menos a mí me hizo llorar de orgullo. Supongamos que se queda y hacemos una Copa América decente (llegamos a semifinales), pero camino a Rusia 2018 las cosas no marchan muy bien, Carlos Antonio Vélez estaría de fiesta y, seguramente, la prensa pediría el regreso de 'Bolillo' porque esos extranjeros no sirven más. Yo creo que es el momento de empezar a seducir a algún otro técnico extranjero o nacional para empezar un verdadero nuevo proceso, sobre lo magnífico que se hizo, cuanto antes.
Básicamente es por respeto al nombre del gran Pékerman que pido esto; aunque no puedo negar mi ambición, obvia, de llegar al mundial en 4 años con un equipo no para llegar a cuartos sino para sonar más. Tendremos un James que, seguramente si sigue así, será uno de los mejores jugadores del mundo o el mejor; un central como Balanta liderando, posiblemente, la defensa de uno de los mejores equipos del mundo; un Quintero que, estoy seguro, enamorará al mundo con su fútbol. Etcétera. Yo sí quiero que el profe quede en las páginas doradas del fútbol colombiano y no que, desgraciadamente, termine saliendo por la puerta de atrás, por nuestra falta de calma y excitación, única, en este momento. La única reelección, importante, que hemos tenido en nuestro país fue un desastre. Obviamente entre Pékerman y Uribe hay años luz de distancia en temas de integridad.