Este Reality Show comenzó en el 2011 con algunas interrupciones y este año en su novena temporada ocupa un alto grado de audiencia. Incluso el canal RCN trató de buscarle competencia con “Rigo”, pero no pudieron superar al de Caracol, ni en el lanzamiento ni en los primeros capítulos.
Al programa llegan todo tipo de imitadores para tratar de alcanzar la gloria, aunque esta palabra es demasiado para lo que ha ocurrido en la realidad con los ganadores anteriores; pues haciendo una revisión de quienes han ocupado los primeros lugares desde cuando el programa fue creado.
Caso contrario a lo sucedido con otros programas a nivel mundial, donde algunos participantes que llegan como simples desconocidos se convierten en verdaderas estrellas de la canción y desde luego, se convierten en millonarios.
Colombia como buena copietas de todo, mantiene idiotizado a una millonaria audiencia que le genera millones y millones de pesos por la publicidad que les entra a un programa con esas características.
Noche tras noche los participantes llegan con la esperanza de pasar a la siguiente ronda y también de ser el mejor de la noche, pues quien lo logra tiene la oportunidad de escoger una de las estatuillas que representan a los cantantes que representan. Pueden escoger a quien imitan o uno diferente y luego la figura tiene un cajoncillo que contiene una tarjeta con el valor que se lleva ese cantante y va entre un millón a 100 millones. Ya quien imita a Alci Acosta tuvo la suerte de embolsillarse el premio más alto.
La función de los jurados, en este caso Amparo Grisales, César Escola (el maestro) y Pipe Bueno y una extra, que emergió de las nuevas tecnologías y ayuda a escoger al más afinado de la noche. El nombre que le han dado es el de “su majestad Sínfoni”. Desde luego esto ya debe tener un libreto para que resulte más natural y por ello en el día a día entre los miembros del jurado hay discusiones, controversias y acuerdos en sus opiniones.
Amparito se caracteriza por sus discusiones con la “hermosa robot Sínfoni”, porque no quiere que nadie sea más bella que ella. Desde luego algunas veces los tres coinciden, o dos sí y el otra u otra no, o a la inversa y entonces esa tendencia a la empatía, al gusto y al rechazo o disgusto por algo o alguien que no le gusta pondrá a la audiencia y a los televidentes a tomar partido y estar o no de acuerdo.
¿Qué tan bueno es el jurado? ¿Con base a qué la programadora lo escoge? Debe hacerse un estudio detallado para lograr que el jurado impacte en los televidentes y de esa manera puedan lograr el éxito esperado. Pero debería tenerse en cuenta que todos y todas deberían ser cantantes o críticos reconocidos que realmente puedan dar sus decisiones en forma más imparcial.
“La Diva Amparo” es una persona con ego tan grande que a muchos nos dan ganas de sacarla de los cabellos y mandarla al bote de la basura. En un alto porcentaje de sus comentarios y decisiones es petulante, mira con desprecio, y dice palabras hirientes y con una falta de respeto por algunos de los participantes.
Pero cuando alguien le cae bien entonces así no imite bien y cometa errores los califica como buenos y les permite seguir en competencia, contrario a cuando le caen mal y los saca cuando llega ese momento en que Calero le pregunta: Amparo para ti esta noche quién no se llama… Su rostro se distorsiona, más de lo que ya lo tiene, pero que lo disimula el maquillaje. Me recuerda a uno de los personajes de Shakespeare, quien en una de sus obras dice: “A las mujeres Dios les da un rostro y ellas con sus maquillajes y sus embadurnes se hacen otro”.
A mí nunca me ha gustado. No me inspira esa emoción o pasión o no sé qué como a muchos les pasa. La veo y me parece una brujita bien vestida, seguramente con ropa de marca, super costosa, con sus lujos y egos creyéndose una de las mujeres más lindas de Colombia. Claro que, “como en la viña del señor hay de todo” hay muchos que la admiran y desde luego a muchos a quienes se les escurren las babas por la diosa Amparo… Algunos participantes la alaban y le tiran los perros y le echan toda clase de halagos y de piropos y desde luego ella se engrandece un poco más.
En realidad, qué tanto sabe esta señora o señorita de música, qué tan calificada está para calificar a los participantes y sobre todo para que menosprecie a muchos que van con una ilusión y salen frustrados. Lógico que no siempre está equivocada y algunas veces dice palabras de aliento y hasta bonitas, pero es que ya hay una predisposición por su forma de ser.
Incluso ha llegado a entrar en controversia y enfrentamiento abierto con el público, como en la noche del 10 de octubre que este se fue en su contra y le gritaban: “si se llama, si se llama, sí se llama porque ella hizo califica muy mal a varios participantes simplemente porque no tiene empatía con ellos.
Es dual, bipolar. O es el juego del jurado porque en primer lugar en la presentación de la imitación de Alejandra Guzmán Amparo le dijo que nunca podría ser la doble perfecta de ella porque el rostro no lo habían logrado cuadrar en maquillajes y adecuaciones y en cambio a los otros dos jurados les pareció que si se parecía y había logrado una actuación sobresaliente.
En segundo lugar y contrariamente la presentación de la imitadora de Amy Winehouse a Pipe y Escola les gustó y a ella no, por envidia, por celos o por la razón que sea, los miraba con su característico y agudo desprecio. Y a la hora de decidir sacó a Ammy porque a sus compañeros les gustó y no sacó al doble de Alejandra Guzmán a pesar de que le había parecido terrible. Ahí se ve una prelación por sus gustos y no de la calidad y los valores.
Caso contrario a lo ocurrido con quien interpretó a Bad Bunny y ella lo hizo acercarse para cambiar su comentario y decirle que como cantante no había alcanzado el nivel requerido, entonces Pipe Bueno le recalcó que el participante le había gustado como hombre y luego de una corta discusión ella terminó con la frase: “yo soy lesbiana…” ¿o lo dijo con interrogación?
Sus gustos no se saben realmente cuáles son. Luego en la calificación de otro de los imitadores le dijo: “Voltéate a ver si tienes el culito igual que Jessi Uribe” y lo alabó porque le gustó la presentación de este imitador.
Estos jurados y programas el único interés que tienen es alcanzar las metas propuestas y superarlas y seguir con el show de la mediocridad y la falta de cultura de un pueblo al que cada día le interesa lo vano y lo estúpido. La cultura, el arte y la capacitación en todos los sentidos para ser cada día personas más preparadas para tomar decisiones y tener más participación en los cargos públicos y cambiar la historia de este país. No lo importante es ser parte de los millones de seguidores-marionetas de los dominadores de la televisión, la radio, la prensa y los medios digitales que cada día tienen más idiotas útiles.
Por ello como dice la misma Amparo no sólo deja locos a Maluma, Alejandro Fernández y todos aquellos que se mueren por una diosa de papel. O como somos descendientes de indígenas, aunque ella, como lo dijo un día de reyes o principados de alta alcurnia, pero como ahí están las réplicas de las figuras de los cantantes deberían ser figuras de barro, así como lo es su cuerpo… barro, que para mí se convierte en un mal polvo porque no me inspira nada.
Pero al igual que en los empaques de la venta de licores y en letras más grandes colocan la advertencia: el exceso de alcohol es perjudicial para la salud. Aquí vale la pena escribir: ¡el exceso de vanidad es perjudicial para la audiencia! Pero sin embargo muchos, millones siguen consumiéndolo, emborrachándose, enloqueciéndose y luego buscando ayuda profesional y llenan los centros de rehabilitación.
La Diosa Amparo, o como ella misma lo cambió, cuando un participante le dijo: es que para mí eres una diosa y ella le respondió: claro que, a veces, soy odiosa y ello me inspiró para el título de la nota. ¡Para mí no eres una diosa, sino que siempre eres una odiosa!
Esa diosa habla y con su cara de desagrado dice que si están buscando al doble perfecto no le gusta la participación de Alejandra Guzmán, que tiene la manzana en el cuello y los otros dos, el llamado “maestro” Escola y Pipe Bueno, que cuando la caga podría llamarse Pipe Malo, les encanta la presentación de ella/él cuando vocalmente tiene un montón de fallas, pero para ellos no.
Sin embargo Amparito a pesar de que no estar de acuerdo con las presentaciones de ellos/ella no se ha atrevido a sacar ni a Alejandra Guzmán ni a Celia Cruz. Dualidad, bipolaridad o preferencias por sexo, porque le gusta o no el participante, porque lo ve o la ve fea o bonita, mal vestida, etc. Y los otros dos jurados, supuestamente machos, remachos las defienden a pesar de que ahí la Grisales tiene toda la razón si buscan el doble perfecto.
Este tipo de programas, shows de entretenimiento, espectaculares para algunos y de mal gusto para otros, al final no tienen mucha calidad al compararlos con programas como Britain´s y American´s got talent; que no busca imitadores sino auténticos talentos, por lo cual llegan personas que nunca han tenido la oportunidad de demostrar lo que son y no por suerte sino por su calidad se convierten en verdaderas estrellas, triunfan artísticamente alcanzando la fama y logrando progreso económico.
Pero eso somos en Colombia, una partida de imitadores de medio pelo que idiotizan a medio país y lo mantienen embobado frente a las pantallas de sus televisores viendo a unos jurados de mala calidad y que los creen y se creen lo mejor del mundo.
De los participantes que han pasado por el programa desde el 2011 hasta la fecha, ¿cuántos han alcanzado el éxito?
Hace poco sentado en una tienda dos amigos estaban tomando cerveza y uno le dijo al otro: “hermano váyase por la gordita, la otra podrá ser muy bonita, pero es que es una mujer sin sentimientos…”. Ahí les dejo.