Durante más de 20 años el teléfono de Óscar Rodrigo Salazar Peláez, conocido en la radio como Chulavita o Chula, sonaba durante el día con llamadas de disqueros, empresarios artísticos, compositores y cantantes.
Poseedor de un oído musical y olfato para sentenciar éxitos lo perseguían porque sabían que, si él lo programaba en la emisora, el tema se convertiría en un gran éxito.
En una oportunidad, por ejemplo, insistió en meter Mujeres divinas de Vicente Fernández en una estación de salsa. La canción pegó y ni el mismo promotor que le envió el tema le creía.
Un día le pidieron una cita para hablar con una nueva figura de la canción. Él lo recibió sin problemas.
–¿Usted cómo se llama?, le preguntó tajantemente mientras lo veía de arriba abajo.
–J Balvin.
–¿Qué quieres ser?
–El mejor reguetonero de Colombia.
“Lo tenía claro, con convicción y con certeza. En esa época él era el más aventajado de los muchachos que hacían este género. Esa convicción me llevó a apoyarlo a jugármela con él proyectándose primero en Medellín, luego en Colombia. Él no dimensionó que se convertiría en lo que es hoy, el mejor reguetonero del mundo en la actualidad”, dice ahora Rodrigo, mientras deleita uno de sus churros.
Fue tal el convencimiento que le dio J Balvin que desde ese mismo momento comenzó a sonar Sencillo, primera canción que se escuchó en la radio del ídolo colombiano en Estados Unidos, Europa, Japón, México y que se pavonea en las alfombras rojas de los premios más importantes del mundo.
Rodrigo recuerda cómo puso a sonar la primera canción de J Balvin.
Rodrigo ha sido un hombre ganador en la radio. Muchas veces número uno en sintonía Bogotá con Bienvenida Estéreo, en Pereira a la cabeza de Tropicana Estéreo, en Medellín dirigiendo Tropicana Estéreo y en Cali, siendo director de Olímpica estéreo.
Cabe resaltar que no solo apoyó a J Balvin en sus inicios, también hicieron parte de ese debut figuras como Reykon, Gacela y Villa, Tres Pesos, Guerrero, Final y Shako, Golpe a Golpe, Los Babys Sebas y Migue, Jutha y Small, Yelsid y otros más que hoy por hoy son líderes la música urbana.
Sin duda, Rodrigo vio en Balvin, el futuro y promesa de la música urbana no solo en Colombia sino en el mundo.
Una charla con Chulavita
–¿Cómo fue su primer contacto con la radio?
–En 1967, mis padres emigraron de El Cairo, Valle hacia Santiago de Cali en búsqueda de un mejor futuro para sus hijos. Gracias al apoyo de un tío, mi papá empezó a trabajar en Cali y un día llegó con un radio Sanyo. En ese radio escuchaba la vuelta a Colombia, las radionovelas de la época, Kalimán y recuerdo unos cuenticos que se emitían en la voz del Valle a la una de la tarde de la empresa harinera del Valle.
Me enamoré de esa cajita mágica que hacía volar mi imaginación y descubrí que lo mío era la radio.
–¿Cómo hizo realidad el sueño de la radio?
–Fue a través de un tío, hermano de mi mamá que trabajaba en la parte administrativa de Todelar Santander, a quien mi madre le pidió ayuda. Él llamó al gerente de Todelar en Cali y el primero de septiembre del año 1980 ingresé a la empresa radial como mensajero cobrador.
–¿Cómo fueron sus inicios en cabina?
–Todos los días al terminar mis labores como cobrador tipo seis de la tarde, iba a Radio Musical, emisora de música anglo en AM para que me enseñaran a manejar la consola. Con el tiempo llegó la oportunidad de hacer locución y bajo la dirección de Otto Castaño empecé en el horario de 12 de la noche a 6 de la mañana. Recorrí varias emisoras, pasé por Sonorama, estación de música balada, la Voz del Valle música bailable, Radio Eco, Todelar Estéreo hasta que se me presentó la oportunidad de ingresar a La Voz de Colombia de Caracol en el año 1982.
´Mujeres divinas” canción que pegó en una emisora de salsa y que el mensajero de la disquera casi no le lleva.
–¿Es fácil ser director de radio?
–Sí. Cuando se dirige con amor y pasión, cuando se logra conformar un buen equipo de trabajo, cuando se logra potencializar talentos individuales y se logra el engranaje que se escucha al aire.
–¿Quiénes han sido sus mejores discípulos?
–Juan Pablo Rodríguez, Jhan Marcelo Jiménez, John Alex Sánchez y Hildemir Zapata.
–¿Cómo fue su paso por Bienvenida Estéreo Bogotá?
–Fue un paso excelente de mucho aprendizaje, un reto exitoso.
–¿Verdad que usted pegó Mujeres Divinas de Vicente Fernández en una emisora de salsa en este caso Bienvenida Estéreo Bogotá? ¿Cómo fue eso?
–Un día le dije al promotor de Sony Music que me diera el elepé de Vicente. El sujeto, un poco reacio porque yo manejaba una emisora de salsa casi no me lo lleva. Estuve a punto de comprarlo. Por fin un día lo llevó como de mala gana. Lo comencé a sonar y se volvió un éxito. Eso no gustó a las directivas de Caracol, pero ese año y en agosto, la emisora se ubicó en el número 1.
–¿Qué piensa de la salsa?
–La salsa es el ritmo trascendental para la historia musical de Colombia y Cali. Los años 60-70-80 y hasta mediados de los 90 sus años dorados porque fueron los tiempos en que las casas disqueras tenían suficiente capacidad económica para invertir en buenos artistas, sacar al mercado buenas producciones. Está en decadencia y no es que vaya a desaparecer, falta que alguien llegue y ponga el toque de magia que la reviva, que la haga resurgir y para eso hay que darle tiempo.
–¿De dónde salió eso de chulavita?
–Nació en Cali. Se lo debo a un gran amigo, al periodista Rubén Darío Gálvez, quien un día llamó a La Voz de Colombia preguntando si yo estaba en la emisora. El operador le contestó afirmativamente y entonces le dijo: “pásame a ese chulavita” y claro, el hombre gritó a todo pulmón “Chulavita”. Así empezó el remoquete. Los Chulavitas fueron un grupo armado que nació durante la época de la violencia en nuestro país en el norte Del Valle del Cauca y como soy oriundo de El Cairo, municipio ubicado en esa parte del departamento, me lo aplicaron. Con el tiempo, se transformó en Chula.
No veo nuevos artistas por ahora
–¿Cuál ha sido el cantante que más le ha impresionado por su música, letras, arreglos?
–Sin duda alguna Michael Jackson por su genialidad y su integralidad musical, sinónimo de revolución en la industria. Único en sus producciones con los mejores compositores y arreglistas. Su baile, su gracia, que le valió el acompañamiento de varias generaciones, un talento universal fuera de serie que sigue vivo a través de los videos donde también fue un creativo extraordinario.
–¿Qué es la música para usted?
–Vida. Desde niño recuerdo estar vinculado con ella a través de mi abuelo y de mi padre con quienes aprendí de todos los ritmos sin ser ellos músicos. El hobby de mi padre era la música y tuvimos muchos momentos para disfrutarla. Es su legado.
–¿Cómo ha sido su paso de lo tropical, salsero, vallenato a lo urbano y popular?
–Se me ha hecho fácil porque crecí en medio de la música, sin provenir de familia donde hubiera músicos, pero sí muy musicales, lo que me permitió desde pequeño tener la mente y el corazón abierto a todos los géneros, puedo decir que me gustan todos.
–¿Cuáles serían los cantantes que más proyección tienen en este 2020?
–Veo que se siguen afianzando Jessi Uribe, Paola Jara en lo popular, en lo urbano J. Balvin, Maluma, Daddy Yankee, con el género vallenato si considero que está en crisis y que mucho representante está migrando hacia el género urbano. La bachata sigue con Romeo. No veo nuevos artistas por ahora.
—¿Quién le enseñó a programar?
–John Jairo Mégudan, un hombre que conocí entre 1983 y 1984. Fue mi mejor instructor, me enseñó a programar cuando Caracol le entregó el manejo del Sistema Tropical a nivel nacional y me escogió para hacer parte de su equipo. Tenemos una muy buena amistad.
–¿Cuáles son los secretos para una buena programación?
–Tener sensibilidad artística y sentido comercial. Conocer al público objetivo y escucharlo al igual que escuchar al equipo de trabajo, eso es vital para lograr los objetivos.
Frente al micrófono, hablando de sus artistas.
En la casa no me dejan programar
–¿Le gusta que “pisen” las canciones con el nombre de la emisora?
–Sí, es identidad, recordación y posicionamiento de la marca.
—¿Llaman los oyentes como antes?
–Claro. Los oyentes se han ido ajustando a los avances tecnológicos. Del teléfono fijo al móvil, ahora con el WhatsApp, lo que permite incluso el contacto directo con oyentes en otros países porque ya las emisoras se escuchan a través de plataformas digitales que llegan a cualquier lugar del mundo.
–¿Cómo descansa?
–Durmiendo. Es el mejor restaurador del cuerpo, la mente y el espíritu.
–¿Cuáles son sus cinco canciones?
–Thriller de Michel Jackson, Vamos a reír un poco de Héctor Lavoe; La quiero a morir, de Francis Cabrel; La flaca de Jarabe de palo y Sumérgeme de Jesús Adrián Romero.
–¿Lo dejan programar en la casa?
–No, no acostumbro llevar el trabajo para la casa.
–¿Qué recuerda de Jairo Varela?
–Pues no tuve mucho contacto con él, en alguna oportunidad me invitó a sus estudios en Cali para mostrarme un trabajo musical y escuchar mi opinión.
–¿Creyó que la música Urbana se iba a mantener y a volver un fenómeno como el que estamos viendo hoy?
–Cuando vi la magnitud del fenómeno en Medellín que empezó a sonar en internet y redes lo comenté con compañeros de la radio en el país, llamando la atención sobre este fenómeno, para algunos eso era pasajero una simple moda, sin embargo, el tiempo me dio la razón: el reggaetón revolucionó el mercado a tal punto que todos los géneros han hecho fusión con él y artistas de amplia trayectoria se han reinventado con estas fusiones. Es un fenómeno que se mantendrá por mucho tiempo.
–¿Cali, Bogotá, Pereira o Medellín?
–Todas son importantes para mí, en las tres se logró el objetivo de ser número uno y se armaron excelentes grupos de trabajo. Son ciudades maravillosas que aportaron mucho a mi vida y yo respondí a las exigencias de esos lugares.
–¿Qué ciudad del mundo le gusta recorrer?
–París
–¿Qué música le apasiona?
–La salsa
–¿Tiene álbumes con fotos de artistas?
–Muy, pero muy pocas fotos con artistas.
–¿Tiene alguna colección?
–De música no, de músicos sí.