Hoy en día los delincuentes tienen dos defensores, los abogados del caso y algunos usuarios de las redes sociales. Es el colmo que las personas hayan generado semejante alboroto por la aplicación del Código de Policía vigente.
Han tardado en publicar la foto del auxiliar bachiller que impuso la multa con un estúpido pie de foto que diga "háganlo viral, este es el desalmado que multa a la gente por trabajar". Cuando lo hagan seguramente lo agredirán, amenazarán y hasta deba abandonar el país...
Además, algunos políticos populistas han salido a decir que qué pecado con el joven y con la vendedora, que si votan por ellos en octubre eso se reforma como sea. Así mismo, los medios ayudan al desorden, ya que en lugar de informar que la sanción se da por desacato y bajo una norma, dicen que fue por comprar y comer una triste empanada.
Está claro que hay un gen que incita a cierta parte de la población a ir hacia la ilegalidad, recuerden cuando años atrás anunciaron que quedaba prohibido vender cigarrillos por unidad y era en las calles donde se lo ofrecían a los nicodependientes.
Por otro lado, en todo pueblo, hasta el más lejano, hay galerías de mercado y centros de reubicación para invasores del espacio y aún así muchos de ellos prefieren seguir en la calle con la excusa que adentro nadie compra. Los más perversos invocan el derecho al trabajo, como si los que alquilan un local, hacen el curso de manipulación de alimentos, sacan cámara de comercio, contratan y pagan sueldos, avisos, tableros, servicios públicos e indemnizaciones si la empanada te intoxica fueran unos tontos o unos bobos.
Parece que eso de "vaya y robe al gobierno" lo llevan en la sangre. ¿Acaso no han visto postes de luz pintados o llenos de pasacalles? ¿Muros de parques con avisos y unos cables que se roban la energía para usarla en los puestos ambulantes? Y ni hablar del agua empozada que se carga en un balde para lavar los alimentos o el trapo con el que se limpia el sudor, las manos y los utensilios de cocina.
Este debate superfluo es una estrategia de los políticos de izquierda que saben que pueden cosechar unos cuantos votos a cambio de perjudicar la salud, la movilidad y el tránsito de todas las personas. ¿O es que no han visto a personas en sillas de ruedas tener que bajar a la carretera porque hay un puesto de empanadas que se adueña de todo el andén?, ¿no le ha tocado a usted, así vaya a pie, arriesgarse a pasar frente a fogones hirviendo o bajarse a la calle donde van a toda velocidad los vehículos?
Finalmente, mi apoyo a la medida es porque rechazo el desacato del muchacho con la autoridad y la invasión ilegal del espacio de todos para beneficio de una señora particular.