La nueva Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación tenía trece años cuando sus papás la sacaron de aquel Tumaco violento y peligroso donde nació hace 33 años. La profesora, que tenía que internarse por días en las veredas para enseñar a leer y a escribir y el mototaxista, no iban a permitir que su hija Yesenia Olaya Requeme fuera una más de las niñas que se perdían en medio de la violencia que por aquella época azotaba al Municipio disputado por guerrilleros y paramilitares.
En ese entonces, Yesenia Olaya fue a parar a Pasto en donde se graduó como bachiller del Inem de la fría ciudad. Obtuvo el título de socióloga en la pública Universidad de Caldas y gracias a una beca, saltó a México para convertirse en Máster en Pedagogía y Doctora en Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Posteriormente, pasó a la prestigiosa Universidad de Harvard, donde trabajó como coordinadora del Certificado en Estudios Afrolatinoamericanos del Afro-Latin American Research Institute. Aunque tenía un buen trabajo en Estados Unidos, quería regresar a su Colombia y en especial a Tumaco porque cuando salió siendo una niña, le prometió a su mamá regresar con el cartón de Doctora.
La oportunidad se la dieron cuando la llamaron para hacer parte del Gobierno de Gustavo Petro como Viceministra de Ciencias al lado del ministro saliente Arturo Luna y no dudó en aceptar el cargo.
Como buena conocedora de las deficiencias en el tema educativo y científico en las comunidades alejadas de las grandes ciudades, llegó al Ministerio con la idea de llevar la ciencia a las regiones y a los lugares apartados. Desde el Viceministerio lideró varios programas para vincular la ciencia y la investigación con temas de violencia y paz en los territorios indígenas y afro.
Ahora, como cabeza del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, tiene un camino más fácil para llevar adelante sus planes de poner la ciencia al servicio de los pueblos que por años no han tenido cerca esa opción y ser una inspiración para niñas humildes que como ella buscaron la educación y la investigación para trabajar por las comunidades más apartadas y olvidadas.