Una de las marcas más reconocidas de venta por catálogo en el país es Yanbal, pero lo que muchos desconocen es que esta marca no es colombiana. Nació en Perú y durante más de 50 años ha trabajado para posicionarse como una empresa compañía internacional. Algunos de los productos que han llevado a que se posicione como una marca de lujo son sus perfumes, maquillaje y joyería.
Historia de Yanbal
Los inicios de esta compañía se remontan a 1967, cuando Fernando Belmont, un hombre de familia limeña, incursionó en el negocio de los cosméticos. La inspiración nació del trabajo de su padre, Ramón Belmont, que lideraba la sucursal Helena Rubinstein, donde entra en contacto con la más avanzada cosmética internacional y notó que la importación de productos desde Francia generaba altos costos y, por tanto, escasas ganancias.
Por dicha razón, optó por crear una nueva empresa desde cero, esta vez con productos creados en Perú y con las mujeres como protagonistas. Los primeros pasos de la pequeña empresa implicaron la venta directa, puerta a puerta, siguiendo el modelo adoptado por otras empresas en ese momento como Avon o Mary Kay.
Sin embargo, Belmont se dio cuenta que las personas desconfiaban de ese modelo de negocio en el que llegaban a las puertas de sus casas, ya que la marca era nueva y no tenía reconocimiento. Fue entonces cuando implementó una nueva estrategia de venta llamada ‘Party plan’, este consistía en que una persona invitaba a su casa un grupo de amigos para presentarles y darles a conocer los productos con el fin de que concretara una venta.
En esta aventura lo acompañó Eduardo Belmont, su hermano, quien también figura como fundador de Yanbal.
A pesar de un buen comienzo y que logró establecerse en Perú, esta estrategia finalmente se estancó debido al clima político de la época que atravesaba el país. Por esta razón, Fernando tomó la decisión de viajar a Argentina, dejando a Eduardo a cargo de la empresa en Perú durante seis años. No obstante, las expectativas de crecimiento no se cumplieron. El dueño de Yanbal continuó su recorrido por Ecuador, Colombia y Bolivia. Bajo el liderazgo de Eduardo, la empresa creó la marca Unique y logró establecerse en el mercado estadounidense.
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La marca comenzó a penetrar tímidamente en mercados como el de Ecuador en 1977 y en Colombia en 1979, donde se crea la división de joyas. Aunque sus joyas son diseñadas en Nueva York, todo el proceso de fabricación y ensamblaje se lleva a cabo en territorio colombiano.
Juan Carlos Saldarriaga, gerente general de Yanbal, aseguró que la línea de Joyería sigue siendo fuerte en Colombia. “La planta que tenemos (para joyería) es exclusiva en Yanbal y exporta para todos los países. No existe otra planta de joyería de la marca en ningún otro país”, explicó a Portafolio.
En 2010, Yanbal ingresa a Italia y en 2011 al cumplir 70 años, Fernando Belmont entrega a su hija Janine Belmont el liderazgo de la corporación. Ella se convierte en la nueva presidente ejecutiva de Yanbal International.
Fernando Belmont apareció por primera vez en la lista Forbes en 2013. En ese momento su fortuna se valoraba en 2.200 millones de dólares. Años después llegó a ser el sexto hombre más rico de Perú con una fortuna valorada en 1.100 millones de dólares, según este mismo medio.
Esta empresa tiene presencia en Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Guatemala, México, España, Italia y Estados Unidos. En los 9 países de América y Europa en los que opera Yanbal, tienen casi 500.000 consultoras y en Colombia poco más de 150.000.
Desde Colombia se exportan perfumes, productos de tratamiento facial, cuidado personal y otros más a países como México, Guatemala, Estados Unidos y Europa. A Ecuador y Perú, donde estuvo esta compañía inicialmente, llegan menos productos hechos en Colombia porque allá también los fabrican.
¿Qué pasó con Eduardo Belmont?
En 1988, Eduardo Belmont decidió emprender una propia empresa de cosméticos a la que decidió llamar Belcorp. Con el transcurso de los años, Belcorp se convirtió en competencia directa de Yanbal: “Mi hermano se quedó al frente de la compañía y cuando regresé teníamos diferentes puntos de vista de hacia dónde debía ir. Él optó por independizarse”, manifestó Fernando Belmont a La República.
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