Yahir Acuña es uno de esos líderes políticos atípicos en la Costa Atlántica colombiana, pues no proviene de ninguna tradicional casa política de la región y aún así cuenta con un gran caudal electoral que ha ido construyendo durante sus años como concejal, diputado y representante a la cámara. De igual forma ser un hombre con dos especializaciones, una maestría y próximo a graduarse de un doctorado en Argentina no solo lo convierte en un político atípico en su región sino en todo el país.
Por otro lado, Acuña se ha visto a lo largo de su carrera política involucrado en múltiples escándalos, pues ha sido acusado repetidamente de paramilitarismo, de corrupción y demás; sin embargo nunca ha sido capturado ni condenado por delito alguno. El escándalo más sonado de este político sucreño fue el de la incautación de casi 500 millones de pesos que transportaba en un carro por una carretera de su departamento cuando era candidato. Particularmente, ese dinero según fuentes al interior de la Fiscalía, se le será devuelto en las próximas semanas, pues Acuña demostró con recibos y contratos que dicho monto provenía de las hipoteca de unas propiedades suyas y que por ende su porte era totalmente legal. Además aceptó que su destino era el de pagar algunas deudas que tenía con respecto a su campaña, y que eso es totalmente legal.
Acuña ha sido siempre una piedra en el zapato para los más poderosos de la costa colombiana. No obstante, su electorado, mayoritariamente de opinión y siempre en crecimiento, ha puesto contra las cuerdas al establecimiento en esta región del país, y es debido a esto que ese sinnúmero de acusaciones que recibe de forma permanente siempre se quedan en eso, en acusaciones; pues hasta ahora nada ni nadie ha podido probar algo en su contra.
Yahir, como lo tratan naturalmente sus coterraneos, se prepara por estos días, una vez más, para la andanada de acusaciones y persecuciones que se le vienen en contra, pues tiene claro que el próximo año regresará una vez más a la política y que eso hace temblar a muchos caciques de su región, lo mismos que según él siempre operan igual cuando lo ven caminar de frente hacia un cargo público importante.