A comienzos de marzo del 2016 los asesinatos continuaron: en Palmitos departamento de Sucre, es asesinado Hernando Pérez, luego de recibir varios impactos de bala cuando se encontraba en su casa. En esos mismos días son asesinadas nueve personas identificadas como Duber Vélez, Luis Donado, Héctor Gómez, Luis Obando, Sabulon Burbano, Ana María Rendón, Jonatán Torres, Óscar Arango y Gonzalo Rodríguez en el departamento del Putumayo --zonas de alta presencia paramilitar-- después de haber circulado panfletos anunciado una limpieza social atribuida a estos mismos grupos. También es asesinado con un disparo en la cabeza William Oime en Popayán Cauca, un gobernador indígena de la reserva de Rio Blanco quien se oponía a la minería ilegal en la zona. Dos días después es asesinado en Soacha, Cundinamarca Klaus Zapata, un activista perteneciente a la Juventud Comunista (JUCO): le dispararon en la cabeza mientras jugaba fútbol con sus amigos.
Volviendo al departamento de Antioquia en Bagre el 7 de marzo del 2016, ocurre el asesinato de William Castillo, un líder campesino miembro de una asociación Minero - Agroecológica y militante de la Marcha Patriótica, quien recibió varios impactos de bala luego de ser amenazado por los paramilitares. Tres días después en Arquita, Arauca Milton Yesid escolta de Martín Sandoval y miembro de la Unión Patriótica (UP) también fue asesinado con un disparo en la cabeza a la salida de la sede del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH). Ese mismo día y en el mismo lugar es asesinado Gil de Jesús Silgado, líder comunitario miembro de la Asociación Agricultural de Arauca y miembro de FENSUAGRO.
El caso más triste y grave de los asesinatos que se vienen dando en los últimos dos meses en Colombia ha sido, quizá, el de Sharon Dayana Mármol, una pequeña niña de 14 años de edad, hija de un líder comunitario del Sur de Bolívar, que fue raptada y posteriormente asesinada. En su funeral los asistentes fueron brutalmente atacados por la Policía antidisturbios y dos personas más murieron.
Y como si fuera poco la lista aún sigue. El 15 de marzo es asesinado por grupos paramilitares de Buenaventura Orlando Olave, un ciudadano afrocolombiano perteneciente a la Organización CONAFRO. Posteriormente, el 18 de marzo es asesinado en una zona de presencia paramilitar en Mapiripan, Meta, Luis Rodríguez un líder indígena de la zona. El mismo día se producen los asesinatos de Román Carrillo, Jorge Castiblanco y Cristian Castiblanco en Sumapaz, Cundinamarca. Sus cuerpos fueron encontrados en el rio Sumapaz, uno de ellos era miembro de la junta de acción comunal de Cabrera. En la misma fecha en Buenaventura es asesinado otro líder afrocolombiano también perteneciente a CONAFRO, el cual es atribuido al grupo paramilitar “Los Urabeños”
Hasta el momento estas son las victimas mortales en lo corrido del 2016 que han sido oficialmente reportadas. Lo que me llama la atención es que ningún medio de comunicación de gran reconocimiento haya difundido esta información. Solamente hace algunos días en Noticias Uno dieron un pequeño y superficial reportaje sobre algunas de las victimas ¿Se imaginan ustedes si estas personas hubieran sido asesinadas por las FARC o el ELN? Sin duda sería la noticia del momento. Pero como matar a supuestos “comunistas” en Colombia es lo más de normal, entonces no hay lío. Afortunadamente hoy en día tenemos las redes sociales en donde circula todo tipo de información y también los medios de comunicación alternativos. Ahora están creciendo y cada vez tienen más credibilidad en el contexto social colombiano. Así que en vez de andarse lamentando por los muertos que han dejado los ataques terroristas de ISIS alrededor del mundo, recuerde que en su país también se derrama sangre casi a diario.
