Jerónimo se levanta a las seis y cincuenta de la mañana. Mientras se baña y se viste para irse al colegio, su mamá le prepara el desayuno y le empaca la lonchera del almuerzo. Lo despide con un beso en uno de sus cachetes y le dice que ojalá tenga un bonito lunes. Le peina un rizo de cabello que se le desacomodó y le pregunta por qué no se puso colonia. La escena se repite todas las mañanas.
Jerónimo tiene 13 años recién cumplidos, casi la misma edad del niño que el miércoles 27 de marzo asesinó a Darío Alexis Atehortúa y a Mateo Cuesta Prieto en un barrio de Medellín. Un video que muestra el momento exacto en que el adolescente les dispara rodó con y sin censura por las redes y los noticieros. En Twitter un abogado publicó una fotografía de un niño con gorra, cabello liso y camiseta gris sentado en una silla de oficina con un computador detrás. Tiene cara de niño aún, sus cachetes son grandes, iguales a los cachetes que la mamá de Jerónimo todos los días besa para despedirse y para decirle que lo quiere mucho. La fotografía tiene un detalle que salta a simple vista: dos bolsas de papel selladas con cinta cubren sus manos, para que no se pierdan los rastros de pólvora del arma que acabó de disparar.
La fotografía del chico con la mirada perdida que acababa de matar a dos personas y que al parecer ha matado a muchas más saltó de pantalla en pantalla de celular, provocando la reacción de muchos. Algunos dijeron que no se puede publicar la fotografía de un menor de edad sin la autorización de sus padres, yo solo pensé en que lo más posible es que no tenga padres. Un señor contestó que lo mejor era que le dieran un balazo a ese chico y lo tiraran al río, un "señor de bien" que condena el asesinato soluciona el tema con otro asesinato. El secretario del gobierno de turno dice que tenemos que cuidar a nuestros niños. ¿Y cómo, señor secretario de Medellín?, ¿cómo se hace eso?, ¿quién cuida de un niño que no tiene padres y que vive en un barrio que está gobernado por los combos delincuenciales y no por el estado?, ¿cómo cuidar a un chico de una ciudad que "redujo durante el último cuatrienio el porcentaje de los recursos de inversión destinados a la cultura"?, ¿cómo les salvamos la vida a esos chicos y a las víctimas de esos chicos?
Yo leo el periódico El Tiempo que "compartió con expertos, fotos y el video del instante en el que el menor saca un revólver y dispara, y la conclusión es que, a pesar de su edad, ya no es rehabilitable". Leo los comentarios de la gente que pide que lo maten porque no es rehabilitable y pienso que son los mismos provida y a la vez son los mismos que piden abrir la puerta al uso de armas.
Yo no sé cómo se cuida un niño para que no termine siendo un asesino condenado por la ley y por la gente de bien. Yo solo vuelvo sobre esa foto y pienso en la mirada perdida de ese niño. Se me revuelve el estómago y se me llena de toda la podredumbre de la humanidad. Me dan ganas de vomitar a este mundo con toda su fealdad y después morirme, porque creo que no tenemos salvación, porque creo que no somos rehabilitables.
