Siento vergüenza ajena de los jugadores de la Selección Colombia. Dizque son jugadores profesionales, pero no conocen el reglamento del deporte que practican.
No son profesionales, les falta formación. Los esclavistas del fútbol colombianos los prefieren brutos. Hay que profesionalizar a los jugadores y los equipos deben ser clubes, porque no son más que ripios.
El gol de Brasil contra Colombia no tiene nada de polémico. Fue gol confirmado. El impacto que la bola hizo en el árbitro no determinó la anotación del gol carioca a los cafeteros.
Los comentaristas y narradores colombianos no deben ser sicarios y asesinos de árbitros, ni despertar el odio patriotero contra los argentinos y brasileños a fin de distraernos de los verdaderos problemas de Colombia.
Ojalá todos los problemas del país fueran un gol; no serían problemas, porque ya se hubieran resuelto.
David Ospina no debió nunca permitir que el balón entrara en el arco que él cuida.
Lo voy a decir sin anestesia: yo ya no soy hincha de la Selección Colombia. Y no sé cuándo volveré a serlo.