Contrario a los vehementes discursos oponiéndose a la eliminación de la ley de garantías electorales cuando Santos lo propuso en 2015, Duque y Uribe, con su ética de gelatina, ahora son los principales partidarios de abolirla, pues, si por las moscas, aceptaron los votos que el misteriosamente difunteado Ñeñe Hernández y otros narcohacendados y narcopilotos les financiaron en la costa para asegurar la elección en la segunda vuelta.
Esta vez el asunto es de supervivencia, no solo del Centro Democrático; también de los congresistas del Partido Conservador, Cambio Radical, de La U, algunos del Partido Liberal y los partidos cristianos que lo apoyaron, y ante el desastroso gobierno actual, del cual han sido cómplices por acción y omisión, ahora ven amenazadas sus curules y el poder acumulado durante 20 años de gobierno del uribismo cabalgando sobre esta Mafio-cracia en que se convirtió la Colombia de negociados como el del MinTIC.
Pregunto donde debe este señor ??? pic.twitter.com/GdtTljwjwT
— Ronald Lopez (@RonaldL90426204) September 23, 2021
Por eso, en la comisión de asuntos económicos del Congreso, con un mico colgado al trámite de la ley de presupuesto y violando la Constitución al desconocer que es una ley estatutaria, cuyo trámite deben hacerlo en la Comisión Primera, acaban de proponer en el Congreso una ley para suspender la ley de garantías solo en 2022, el año electoral.
Del ahogado el sombrero… Argumentan que como ya no hay reelección presidencial, no se justifica mantenerla para que antes de elecciones congele la contratación con dineros públicos y así evitar que desde los gobiernos: nacional, departamentales y municipales, los manipulen para disimulada o abiertamente comprar votos.
Dicen que por la pandemia los alcaldes y gobernadores no pudieron gobernar a plenitud y por eso no pueden suspender la feria de contratos que requieren para asegurar la reelección de los senadores y representantes que apoyarán al candidato a la presidencia de la derecha mafiosa que mangonea el país desde inicios de siglo. Lo importante es suspender la ley de garantías como sea, que el fallo de la corte a la demanda por inconstitucionalidad se conocerá después de elecciones, cuando ya la plata se la gastaron para elegir a sus candidatos.
Utilizan “todas las formas de lucha” para mantenerse en el poder. No basta con que manipulen a las “ias” de bolsillo, como la Fiscalía, Contraloría y Procuraduría, para en vísperas de elecciones inventar y desempolvar investigaciones buscando desprestigiar a rivales como Fajardo y Petro, tal como se conoció de un viejo complot diseñado por el siniestro exfiscal Martínez y sus amigos del cartel de la toga, que siguen con gran influencia en esa institución…
Hay que asegurar el billete con negociados como el que se les dañó en el MinTIC, donde por arte de “mafia”, los integrantes de la nueva “Cueva” de Barranquilla desaparecieron 70.000 millones de pesos en el paraíso fiscal de Delaware, patria chica del presidente Biden… El mismo que mantiene una relación ambivalente con un gobierno que apoyó la reelección de Trump, pero también ha sido el más arrodillado a la maquiavélica y utilitarista política exterior norteamericana… La misma que ha entrenado y armado ejércitos y dictaduras militares actuando aliados con paramilitares con el libreto de la doctrina de la “seguridad nacional y la lucha contra el enemigo interno”… El capitalismo neoliberal da pa todo.
Ojalá no se les ocurra el atentado personal cuando se sientan perdidos ante el inminente triunfo del candidato del Pacto Histórico, o por lo menos de uno de los candidatos de la Coalición de la Esperanza… La bandola armada en 20 años de poder sabe que tienen mucho que perder en plata, tierra que deberán devolver a los desplazados y en seguridad cuando les destapen todos los torcidos coronados en este régimen de impunidad, pues las investigaciones que se vienen les quitarían las caretas de “gente bien”, rezandera y morronga que con tanta maña han cultivado para manipular al pueblo que se contenta con saber deletrear, firmar y tragarse enteras todas las mentiras que les meten por los medios de comunicación y las redes sociales a su servicio.