Es absurdo que, después de que hubo un día sin IVA, el ejercicio al aire libre siga estando tan limitado y satanizado por parte del Estado.
Es ilógico que una persona sea sancionada con un comparendo de casi un millón de pesos por hacer uso de los biogimnasios... de verdad, solo por utilizar dichos implementos deportivos con todas las normas de bioseguridad (tapabocas, guantes, una toalla de papel desechable y alcohol).
Es bastante hilarante que en este país sean permisivos con el transporte público (a tope, por cierto), los centros comerciales, los tumultos y las aglomeraciones por las "estrategias de reactivación de la economía", pero que no nos permitan a los ciudadanos algo tan sencillo como ejercitarnos en estos espacios mientras se reabren los gimnasios.
Muchos pensarán que es un capricho o irresponsabilidad, pero no, la posibilidad de transmisión del virus en espacios abiertos es casi mínima. Además, el ejercicio es un complemento importante para la salud física y mental que no debería ser limitado de forma tan drástica.
Entiendo que estamos en una pandemia, pero es momento de pensar más abiertamente y saber tratar los espacios que ayudan a que estos meses sean más llevaderos.