El análisis se hace aprovechando que ahora las columnas se suelen poner también en vídeo, por lo que accedemos a ciertos tipos de la comunicación que de otra forma no accederíamos. Por lo tanto, no solo se analiza el mensaje en sí que escribió, sino también lo que realmente quiere transmitir cuando lo lee. Esto se logra analizando sus expresiones, gestos, entonación etc.
Después de este análisis, la conclusión salta a la vista. No es una columna de opinión, sino una opinión sin más, aunque peligrosa por el odio y el mensaje que transmite. Decir que no es una columna de opinión es sencillamente por respeto a la inteligencia y trabajo de ciertos columnistas, los cuales muy seriamente se informan y presentan información sobre la cual emiten su opinión. Por el contrario, lo que tenemos aquí es en realidad algo semejante a un pasquín político en favor del gobierno. Es más un discurso político propio de etapa electoral que una opinión sobria y neutral.