Ya dependemos tanto de los satélites, que vale la pena preguntarse: ¿Y qué pasaría si Rusia atacara con armas nucleares estos reverberadores de basura intelectual en el espectro espacial? ¿Podemos acaso soñar con no volver a ver nunca jamás a Epa Colombia, Alina Lozano y a Yeferson Cossio? Más allá de las teorías conspiranóicas de que todo depende de cables -en ausencia de satélites reales aparte de la Luna-, me pregunto si podríamos esperar que la paranoica geopolítica de las agencias de “inteligencia” de Estados Unidos se convirtiera en la razón pura y dura como quisiera el New York Times…
Actualmente orbitan con nuestras preferencias imbéciles de consumo más de 8.000 satélites, en su mayoría pertenecientes a compañías privadas, que de acuerdo a Atrium Space Insurance Consortium, suman 25.000 millones de dólares. Los comerciales facturan anualmente gracias a esa basura espacial 113.000 millones de dólares (cifras de 2022).
Ocaso de este caso como anagrama de caos.
Sin satélites se jode la seguridad de las potencias (Rusia, EE.UU., varios países de UE, UK). También el transporte marítimo, la banca, los submarinos, las cadenas logísticas de suministro, la televisión satelital, la pauta internacional y el anhelo de que muchas otras cosas como el Instagram, el Facebook y el Tik-Tok se mantengan para aquellos que ya no quieren estudiar porque prefieren ser “influencers”. Una especie de pandemia galáctica sobre las máquinas de acero tal vez nos salve de un destino sin ingenieros ni campesinos porque todos quieren ser tiktokers...excepto los abogados.
Una especie de pandemia galáctica sobre las máquinas de acero tal vez nos salve de un destino sin ingenieros ni campesinos porque todos quieren ser tiktokers... excepto los abogados.
La economía del Star-boy de David Bowie pasará también por la minería de materiales espaciales y terrestres, por el turismo aéreo, marítimo, el pronóstico del clima, el envío de tropas a otras naciones, las comunicaciones desde los yates para establecer la próxima fiesta de extranjeros en Cartagena con prostitutas, las rutas de la droga, la llegada a descubrir las nuevas islas de otros Epsteins.
La primera sonda operada por gringos se dice que alunizó para buscar la vida que como lo contaba Freud, “debe ser muy inteligente, porque no ha querido contactarnos”.
El profesor de políticas siderales Henry Hertzfeld (de la George Washington University) dice que, “incluso en un escenario como éste, las comunicaciones seguirían funcionando a través de las líneas terrestres” o el cable, y despeja la duda de que “Moscú se atreva a pulsar este botón, porque también podría poner en peligro sus propias actividades en el espacio”.
Quizá despertemos como sociedad y Tik-Tok no sea erradicado por una bomba nuclear, pero sí al menos una bomba legal, como ha acontecido recientemente en EE.UU., pero luego recuerdo que nuestro Congreso no da para tanto…
Legisladores de la Cámara de Representantes del país del Tío Sam aprobaron el miércoles 13 de marzo la ley que obliga a la empresa china a vender esta compañía: la guerra fría de años entre Estados Unidos y China ha entrado en éxtasis con la excusa de que Tik-Tok convierte a los adolescentes en comunistas. Sí…excusas peregrinas para un motivo genuino: somos más imbéciles como sociedad desde que los influencers existen.
Sé que hay saberes tradicionales, alguno que otro chef haciendo el rescate de una cocina ancestral, un antropólogo develando el misterio del sistema de parentesco sudanés, museos, artistas, literatos, científicos, místicos, fundaciones salvando niños de las alcantarillas y hasta Shakira haciendo uso de esta red social para promocionar un nuevo champú, pero creo que el daño que nos hacen los imbéciles como sociedad es mayor por la amplia receptividad de la incultura.
En palabras de Jesús Quintero, notable periodista español:
“Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza.
“Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate.
“Los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen.
“Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos.
“La televisión (el streaming) cada vez se hace más a su medida.
“Las parrillas de los distintos canales (y plataformas) compiten en ofrecer programas pensados para una gente que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura, que quiere que la diviertan o que la distraigan, aunque sea con los crímenes más brutales o con los más sucios trapos de portera.
“El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría, amigos.
“Todo es superficial, frívolo, elemental, primario... para que ellos puedan entenderlo y digerirlo.
“Esos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas.
“Y así nos va a los que no nos conformamos con tan poco, a los que aspiramos a un poco más de profundidad.”
¿Y si Rusia acaba los satélites con armas nucleares… o Colombia termina de un plumazo legal con Tik-Tok, Instagram, tal vez podríamos corregir el destino de nuestros héroes imbéciles y producir a nivel intelectual una efeméride superior a Ayacucho?