¿Y si queremos a Transmilenio?

¿Y si queremos a Transmilenio?

El sentido de pertenencia de los usuarios sería vital para el sistema

Por: Juan David Torres
octubre 06, 2014
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¿Y si queremos a Transmilenio?
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Las manifestaciones de indignación y furia descomunal ante el sistema de transporte de la capital no se han hecho esperar durante las últimas semanas. Es más, los bogotanos perciben un colapso holístico de la ciudad. Con toda razón. Pulular por un parque o un puente peatonal a las cinco de la tarde es toda una osadía, sacar el carro requiere considerarlo dos veces (más la pericia para sortear la chabacanería de nuestros conciudadanos), y aventurarse en el transporte público requiere someterse a toda clase de contingencias pélvicas desagradables.

Fuera de la cacareada crítica a la movilidad de la ciudad, es preciso acotar ciertas realidades y destacar lo mucho que podemos aprovechar el sistema integrado de transporte de la ciudad. Partamos del hecho de que Transmilenio, con todos sus percances, es lo menos peor que hay (como la democracia, por ejemplo), y debemos ajustarnos a su dinámica. Máxime si consideramos que vivimos en una ciudad con una interconexión de cañerías y cables subterráneos que hacen dispendiosa y perdurable (grosso modo, más de una década) la construcción de una alternativa como el metro. Además, no hay presupuesto suficiente en la ciudad y la disposición a vender la ETB es incierta. Otros escépticos con respecto al metro, plantean el tren de la sabana como la panacea, sin tener en cuenta que este es patrimonio de la nación, y los conflictos que generaría con el transporte de carga serían bastante engorrosos.

El sistema integrado falla tanto por un sinnúmero de razones técnicas que atañen a la disposición de las rutas, como por la displicencia de los usuarios. A diario vemos como pasan buses vacíos a raudales, los cuales podrían estar subsanando la alta demanda de rutas a ciertas horas del día. Las rutas funcionan de corrido y no por intervalos, los cuales deberían ajustarse a la disímil afluencia de usuarios a cada hora de la jornada. Verbigracia, no es lo mismo que pasen ocho buses seguidos a la 1 PM en la 45 con Caracas, a que los mismos ocho buses arriben a las 6 PM, cuando miles de estudiantes anegan la estación. Sería ideal que las rutas se ajustaran a los horarios y a las dinámicas de los bogotanos, y no al revés, como acontece.

Sin embargo, la disposición de las rutas, per se, no es el único escollo para la movilidad de la ciudad. La desinformación y el desafecto de los usuarios juega un papel preponderante. El SITP es una herramienta destacable pero increíblemente desaprovechada. Muchos ni saben que ofrece tarifas subsidiadas para Sisben. Los buses azules pululan por toda la ciudad prácticamente vacíos mientras la gente prefiere ir atestada en las chatarras de antaño. Análogamente, a diario veo gente colmando buses a explotar como el B14, los cuales pueden pasar tres veces seguidas en una estación y permanecer pletóricos. Mientras tanto, espero sosegadamente el B23, el cual realiza un recorrido similar con asientos de sobra. Los usuarios se quejan asiduamente, pero a veces caen en el error de querer todo en “bandeja”. Es absurdo que existan tantas aplicaciones y páginas para calcular las rutas en internet y que la gente no sea capaz de utilizarlas. Otros recalcitran en la holgazanería de no hacer un transbordo, o de salir minutos antes para coger un bus menos rebosado.

Existen ciudades en países desarrollados donde se presentan peores condiciones de movilidad. Basta divisar un metro en Asia o en Nueva York. Bogotá, de hecho, no ha logrado gestionar su abrumadora sobrepoblación. Ante estas condiciones, es preciso desarrollar nuestras herramientas de transporte, perfeccionarlas, y en algunos casos, utilizarlas. Mientras no haya un compromiso bilateral entre el distrito perfeccionando las rutas, y los ciudadanos aprovechando el sinfín de herramientas disponibles para un desplazamiento menos agobiante, el pandemónium y el caos serán el pan de cada día de la capital.

Adenda: En el país bananero, el único requisito para conducir un bus del SITP es saber leer y escribir.

@jdesign9615

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