Un año después del fallo del 2012, en que la Corte Internacional de Justicia le reconoce a Colombia las porciones insulares faltantes del archipiélago de San Andrés y le cede una extensión marítima a Nicaragua, se instauraron dos demandas más: una por una violación del fallo y la otra por la plataforma continental.
Esta última es la que más debe preocupar a Colombia, ya que puede perder mucha más extensión marítima y los recursos que posee. Así mismo, al acoger la corte las dos demandas nicaragüenses hay una posibilidad del 50% de aprobación, según el modus operandi de este organismo de Naciones Unidas.
Ante eso, el mejor escenario es que se falle a favor de la primera demanda y quede como un ultimátum para que Colombia cumpla el fallo del 2012. ¿Pero qué pasaría si se da la otra posibilidad?
Colombia no podría defenderse ante un nuevo fallo inapelable. A pesar de que renunció al Pacto de Bogotá, no hace efecto en el futuro fallo. Lo único que podría hacer es seguir dilatando la incertidumbre hasta el punto en que la atención de la población colombiana recaiga en otra parte.
¿Entonces qué se puede hacer?, ¿uso de la fuerza? Colombia lo puede aplicar para los próximos conflictos limítrofes, pero no para este caso, las consecuencias serían nefastas.
La única defensa que tiene Colombia es el argumento de los derechos de pesca de los sanandresanos instaurados en las dos contrademandas que realizó ante la corte años después.
Sin embargo, Nicaragua tiene dos puntos a favor: su corta distancia y el concepto de plataforma continental, que cada vez tiene más aceptación ante futuros intereses de países sudamericanos, puesto que extenderían sus zonas marítimas al no tener vecinos con quien tener litigios.
¿Cómo nos caería un nuevo fallo desfavorable? Una doble molestia por perder más porción marítima y por no reconocer el primer fallo. Volveríamos a sentir dolor de patria por la pérdida de Panamá y cada vez menos sentimientos nacionalistas con tantas historias de pérdidas territoriales.
Si la contingencia de la pandemia mundial no obstaculiza el proceso, el fallo se puede dar este año. Hasta entonces podemos prepararnos para el peor escenario y para instaurar al gobierno colombiano a mejorar las negociaciones estratégicas para futuras reclamaciones y a poner en tela de juicio el modo en que la corte resuelve "pacíficamente" los litigios aislando poblaciones.
