Recientemente, la nueva directiva del club ha anunciado cambios en la imagen deportiva del Real Cartagena, entre esos se encuentra el escudo y el nombre. “Queremos darle unos ingredientes que identifiquen más a la ciudad” manifestó Damiani, refiriéndose a las transformaciones que se introducirían en el escudo, que valga decir hace poco fue horrorosamente modificado. Sin embargo, hubo algo que llamó más la atención: las modificaciones también incluirían el nombre del club.
El anuncio fue tan decepcionante como las últimas campañas del club. El nombre solo cambiará su denominación de “Fútbol Club” a “Club Deportivo”; sin embargo, el nombre “Real Cartagena” se mantiene, lo cual no se entiende en medio de un anuncio que pretende “deseuropeizar” la imagen de un club que en lo futbolístico está lejos incluso del nivel medio del fútbol colombiano.
La denominación “Real” que posee nuestro equipo es uno más de los afanes de las directivas y las elites criollas por parecernos a los europeos. Su origen auténtico se encuentra en el fútbol español, proveniente de los títulos nobiliarios que entrega la monarquía española a sus súbditos. Fue así como durante el siglo XX la corona española entregó a distintas entidades, entre ellas algunos clubes deportivos, el título nobiliario de “real”. Entre los más famosos se encuentran: Real Madrid, Real Sociedad, Real Betis, Real Club Celta de Vigo, Real Deportivo de la Coruña, Real Club Deportivo Español, Real Valladolid, etc.
Los equipos anteriormente citados, a diferencia del Real Cartagena, no nacieron con tan ilustre título nobiliario, sino que lo adquirieron a través de decreto real de la corona española posteriormente a su nacimiento, como es el caso del Real Madrid, que fungía como Madrid F.C. y no se conocería como se le conoce hoy hasta que en 1920 el Rey Alonso XIII de Borbón le concediera el título, además del derecho de portar la corona real en su escudo.
Situación diferente comporta el equipo de nuestra ciudad. En 1971, bajo la tutela de la Alcaldía de Cartagena, se creó el “Real Cartagena” como club debidamente inscrito ante la Dimayor. Desde entonces, la identidad del fútbol en Cartagena ha portado un título nobiliario que no le dio ningún rey, y desde tiempos recientes porta en su escudo una corona de quien sabe qué reino.
Cartagena de Indias tradicionalmente se ha destacado como una ciudad republicada y fuertemente patriota. Los cartageneros fuimos pioneros en la independencia y rebeldes a la autoridad de la corona española. Así mismo, fuimos los primeros en el movimiento de juntas y en declarar la independencia total de la realeza española. Y eso no es todo, por resistir más de cien días de asedio en la negativa de nuestros antepasados de volver a la corona española nos ganamos el reconocimiento de ciudad “heroica”. Todo por el sacrificio a una causa republicana y patriota, reconocimiento que paradójicamente lleva el club que desde su creación se ha autodenominado de la realeza.
Entiendo lo superfluo e irrelevante que pueda resultar esta discusión para muchos, la situación futbolística del Real Cartagena no despierta interés alguno en la afición de la ciudad y el equipo tiene problemas más graves y urgentes en lo deportivo y lo administrativo. Sin embargo, si el deseo de las directivas es identificar más al club con la ciudad, es hora de que empiecen acercarlo a nuestra realidad histórica e identidad cultural. Esto es: un equipo del pueblo y no de una realeza inexistente en nuestro país. Por ello, si de verdad quieren identificar a Cartagena, deberían empezar por eliminar el título “Real” del nombre.