Entiendo que los que llevan 204 años gobernando, la llegada al poder de un gobierno popular incómoda y perturba la acostumbrada placidez; sienten amenazados sus intereses consolidados por décadas y amparados por la tradicional impunidad que ofrece una justicia amañada. Entiendo que la inequidad para ellos es parte del paisaje, no les preocupa, ni les interesa combatir y ojalá sea eterna: además, "de desigualdad no se ha muerto nadie" dijo la torpeza hecha congresista.
Durante todo este tiempo que, no son solo los 20 años de gobiernos de Derecha y Centro Derecha (2 periodos Uribe, 2 periodos Santos y un periodo Uribe -Duque) sino, más de dos siglos amasando cualquier cantidad de fortunas, representadas en el atávico pensamiento esclavista, la acumulación de tierras con base a despojos, desplazamientos forzados y paralelamente ejecutando un plan sistémico debidamente calculado, de acallar voces disidentes al establecimiento, como la del General Uribe Uribe en 1914, Jorge Eliécer Gaitán en 1948 y en la década de 1980- 1990 a Luis Carlos Galán Sarmiento, Jaime Pardo Leal, Carlos Pizarro Leongomez, Jose Antequera, Bernardo Jaramillo, todo lo anterior dentro del calculado y planificado exterminio de todo un partido político como lo fue La Unión Patriótica. Esta clase, enquistada en el poder durante siglos, no van a renunciar mansamente a sus propósitos de mantener el Status Quo.
Intentar cambiar lo enraizado por siglos, no resulta fácil. ¡Eso está claro!
El aterrizaje de Petro en el poder, actúa como disruptor, que si se obra con inteligencia debe interpretarse como una bocanada de oxígeno que llega a tiempo y, actúa como la llave que desfoga y permite evitar la acumulación de gases en el túnel de la inequidad; el monóxido de Carbono fácilmente inflamable cuando se combina con el aire ahito de emociones tristes, derivaría en un estallido social sin precedentes. Los que se oponen tercamente a las reformas no ven que de manera no radical, se tramitan en el legislativo y solo buscan algo de justicia social en un mar de desigualdades. No sé calcula que todo sería, para un beneficio y bienestar mutuo.
Ahora bien: toda política contempla regresar sobre las ruinas que normalmente deja su antecesor. Casi siempre el que llega resulta peor que el anterior. Si la hirsuta Derecha se adecenta un poco y mira con los ojos de la Realpolitik, dar un chico de 4 años de izquierda, en sana lógica, debería ser aceptable. Nuestra situación política ni siquiera la explica la ley del péndulo, porque en Colombia el péndulo se detuvo en un solo lado hace dos siglos. El movimiento pendular en la política Colombiana, no va y viene como normalmente lo explica la Física. Eso de la alternancia en el poder básico en toda Democracia, nunca ha existido. Perdón, me equivoco, si existió: la alternancia se dio entre ellos, con la aberración del Frente Nacional.
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¿Pero si a Petro le va bien?. ¿Si las ideas progresistas representadas en Gustavo Petro salen adelante?. Ahí radica el problema que se basa en la natural y permanente lucha por el poder. ¿Mucho miedo que a Petro le vaya bien? Se maneja lo ilógico de que "si a Petro le va mal al país le va bien". ¡Hágame el favor! Como condición humana viene lo perverso de la política y piensan: no podemos permitir que a Petro le vaya bien, porque sus ideas se pueden eternizar en el poder, no necesariamente en cabeza de él.
En este caso, en lo que menos se piensa es en el país nacional, ni en el interés general que normalmente debería estar por encima de los partidos. Todo esto sin contemplar un proyecto común de país que nos una y reconcilie. La cacareada oposición reflexiva se queda en palabras; eso de que "vamos a apoyar lo que beneficia al país y rechazar lo que no lo beneficia" es una manida estrategia para ubicarse en un nicho lleno de ambigüedad.
Así las cosas, los sucesos de hoy explica la obsesión: hay que acorralar a Petro y procurar por todos los medios que le vaya mal y de contera buscar su salida del poder. ¡Esa es la hoja de ruta! La misma dosis de veneno que se pretende inocular hoy, se le aplicó siendo Alcalde de Bogotá; vendrán muchas estrategias de desprestigio, se propalara de manera deliberada, información falsa, se le echará mano a las encuestas amañadas, se inventarán narrativas periodísticas: suicidios de Coroneles, chuzadas y maletas con 3.000 millones de pesos. No será lo único que se hará, hay que procurar por todos los medios que Petro fracase; los medios, con sus mentiras ampararan la tarea, deberán controlar y dosificar el exceso de noticias buenas sobre Petro, no se deben difundir, hay que controlarlas o en su defecto dosificarlas.
Es un hecho: se está viendo que al Gobierno le puede ir bien. Hasta ahora, es mucho lo que ha realizado en tan poco tiempo. En este orden, la hirsuta Derecha, auspiciará marchas, para pescar incautos desinformados, esbirros que porten pancartas alusivas a las absurdas narrativas que el periodismo amañado diseña. El pueblo tendrá que resistir con firmeza todos los embates.
En el frente internacional, si que le va bien: es impresionante y nos complace tener un representante de nuestro país; en este caso el presidente de Colombia, dando discursos, ponencias o declaraciones a favor de salvar el mundo de la crisis climática. El tamaño de su inteligencia, su profundidad, la claridad conceptual, hilvanando ideas y propuestas; económicas, sin acartonamientos y de manera sencilla y tranquila están dejando "boquiabiertos" a líderes del poder mundial. Con razón, filósofos sociales del tamaño de Pepe Mujica, salen en defensa de su gestión como presidente de Colombia.
¡Ahora sí, tenemos presidente!