La izquierda puso presidente. Terminó siendo el flotador de Santos a quien se le empezaban a llenar los pulmones de agua. Salvó al país de la motosierra. Esa paloma blanca habrá de volar durante cuatro años por vientos social demócratas, gracias al Polo que hoy en día, como nunca, se alza orgulloso como un victorioso gladiador hercúleo.
Y usted senador, sigue jodiendo.
La izquierda se sacudió por fin de aquellos anacronismos que llenaban de telarañas su discurso. Logró despelucarse, le llegó a la gente, posicionó los valores que representa su marca.
Se hizo entender, le copiaron muchos: comerciantes y amas de casa, empresarios y trabajadores, católicos, cristianos evangélicos, gays y lesbianas, rumberos desenfrenados, pensionados y bachilleres recién graduados que andaban estrenando cedula. La izquierda hizo lo que está llamada a hacer en una sociedad moderna, cimentada en un pluralismo multiétnico, cultural y sexual: Convocar...
Y usted ... ¿sigue jodiendo?
El partido ganó dos veces senador Robledo. En primera vuelta demostró su solides en el ring y le sacudió las ñatas a los incrédulos que le vaticinaban una derrota por knokout. En segunda vuelta la izquierda tuvo su revancha y llevó a la lona a ese matoncito gavillero que había sido entrenado por Uribe. Violenta revolcada la que terminó pegándole, lo acostó de tal forma que no creo que vuelva a levantarse.
El jab de izquierda que le metió el presidente a su oponente fue el que lo derrumbó: ¿O gracias a quien fue que aprendió a cuadrarse en los debates? ¿Quién le enseñó a hablar a Santos? ¿A quién le aprendió algo de justicia social? ... Y sin ir más lejos ¿De qué le hubieran servido al presidente los votos logrados, si Clara no le hubiera puesto ese faltante que lo tenía pariendo borrugos?
Y usted, senador, podrá venir a decir que es que Santos se alejó durante su mandato de la agenda programática del Polo y hasta puede tener razón… ¿Y qué?... déjeme preguntarle: ¿Quién dista más? ¿Se acuerda de la parpolítica?, ¿De las chuzadas?, ¿De todos esos traquetos que acabaron con la UP? ¿De las masacres? ¿De las convivir? … ese, el de la Z, era un combo muy peligroso.
Proyectese al presente invocando la situación contraria, imagínese a Zuluaga coronando y coronado. Piense por un momento minúsculo, diminuto... ...
Vamos ser objetivos senador, usted seguiría andando en su camioneta bien pinchada tetiada de escoltas, sentado en su curul despotricando por lo que habría de venirse. Usted tendría su puesto asegurado y la sonrisa de quienes lo eligieron.
Pero ...¿y el resto? El periodista que no escribe por miedo a que le caiga el régimen y el sindicalista que no grita porque lo torturan y el país entero que no habla porque lo chuzan. Usted bien sabe lo que hubiera sido tener al gamonal de poncho y de a caballo con un ejército de paramilitares en el senado, con el agregado de su finca en el palacio, nombrando al fiscal general y con su obispo metido en la procuraduría.
Usted de pendejo, ni un pelo tiene… Usted sabe lo que se nos vendría a nosotros, los que nos pronunciamos en favor de la libertad y la democracia. Y lo que se le vendría al pueblo entero, que ni la raspa de la olla hubiera visto, de haber sido gobernado por esos criminales sociopatas, latifundistas, oligopólicos y tragaldabas.
Ahora, hoy, Santos se va a tener que bajar del bus. Y cómo a Clarita no le interesa la mermelada sino la educación, la salud, la nutrición, la repartición, entonces senador concluya: ganó el Polo como nunca. Ganó Colombia. Ganamos todos.
¿No se alegra senador Robledo? Qué se va a alegrar, si estos aires renovadores apagan el fuego de sus palabras incendiarias. Le apabullan un poco el raiting, lo ponen de actor de reparto porque lo que interesa ahora es la gente.
La nueva izquierda requiere más de acciones que de algarabía. La nueva izquierda está parada en el mundo, no sobré esos tratados añejos que lo siguen llenando de canas. Usted, senador Robledo, sabe que, gracias a la acertada decisión de Clara, hoy se pueden lograr verdaderos cambios sociales. Gracias a que no le hizo caso a usted hoy nos podemos imaginar un futuro. Existe una esperanza.
Senador con sumo respeto y reverencia, se lo implora este demócrata del nuevo milenio, deje a Marx entre las cobijas pasando esa gripa contagiosa, a Mao no me lo saque del baño porque tiene diarrea, y usted, usted senador Robledo, salga pelear y a debatir pero no contra su propia gente y mucho menos cuando todo está saliendo bien. Esa posición Senador, a usted lo desnaturaliza, lo convierte en un brontosaurio bien hablado de la era cavernaria.... Senador Jorge Enrique Robledo, por favor deje de joder.
