¿Y qué pasa si asesinan a Gustavo Petro?: del riesgo real de repetir el escenario político de 1989
Opinión

¿Y qué pasa si asesinan a Gustavo Petro?: del riesgo real de repetir el escenario político de 1989

El sonado riesgo de asesinato de candidatos presidenciales es una moneda de dos caras, y aquí les cuento por qué

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marzo 05, 2018
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La pregunta está en la mente de todos. Cada vez escuchamos más referencias a esa cuestión entre los analistas políticos y comentaristas de medios. ¿Estamos repitiendo el clima político de 1989? ¿Es real el riesgo de asesinato de candidatos presidenciales?

Esta es una moneda de dos caras, déjeme contarle por qué.

Por un lado, están los hechos. Y entre esos hechos, está el homicidio de 282 defensores de derechos humanos y activistas sociales en el año 2017, como lo reporta la Defensoría del Pueblo. Esta es una alarma de alto riesgo porque cada uno de esos asesinatos está conectado con la redistribución de poderes en las regiones que siguió a la formalización del acuerdo de paz, y por lo tanto, con las elecciones.

Y el otro hecho que nos toca a todos, es la campaña de miedo, la manipulación constante que ha llevado a que la economía se haya contraído a niveles similares a los registrados en el año 2000. La economía se ha dejo contagiar efectivamente por esa historia de que Colombia se va a convertir en una extensión de Venezuela, que el chavismo viene para acá, y que por eso no se puede invertir ni arriesgar. Se contrajo la economía y no hay trabajo. A eso se le suma la diáspora venezolana que preocupa mucho por los frentes que abre en materia de estabilidad regional, y porque está recargando sectores que han estado en situación crítica como la salud.

Esos son hechos todos innegables. Pero luego está la otra cara de la moneda, la que vimos esta semana en los enfrentamientos entre seguidores de Petro y seguidores de Vargas Lleras. Esa otra cara nos confirma que no, no va a pasar nada distinto a lo que ha venido pasando por décadas en Colombia, no hay nada extraordinario en esas cifras escandalosas pero permanentes, ni en los disparos, ni en las pedreas, ni en los mensajes de odio, ni en la campaña de miedo. Eso es Colombia. Esa es nuestra historia.

 


No creo que alguien sea tan estúpido de asesinar a Gustavo Petro
a menos de que quiera elevarlo al martirio

 

La verdad sea dicha, NO, yo no creo que alguien sea tan estúpido de asesinar a Gustavo Petro a menos de que quiera elevarlo al martirio y hacer de él una leyenda que borre lo que realmente es: un político mediocre, corrupto, emparentado también con familias terratenientes, y que no fue capaz de terminar ni lo que le dejaron empezado. Petro no implementó sus planes grandiosos de montar mil guarderías, ni revolucionó el sistema de basuras, ni levantó el San Juan de Dios, ni  le dio vivienda gratis a todos los pobres. No hizo nada. No lo conviertan en lo que no es. Y eso es un ruego para esa derecha que no sabe sino vomitar odio. ¿Podrían, por favor, esforzarse por lo menos un poco y sustituir tanta basura mental por algunas ideas?

Es cierto que hay dinero extranjero metido en la campaña en Colombia favoreciendo a Petro, organizándole gente en regiones olvidadas. Pero Colombia no es Venezuela, y tiene derecho a un destino en paz y sin injerencias. A Petro hay que derrotarlo en las urnas por lo que representa, igual que hay que derrotar a los herederos del paramilitarismo que cabalga libre y empoderado

No creo que el destino de Colombia sea la violencia, como tampoco creo que la guerra es inevitable, o que nos venga natural como si se tratara de una preexistencia genética. Me suscribo más a la idea de Hannah Arendt de que la violencia o por lo menos nuestras violencias, son una expresión de impotencia. Impotencia porque no sabemos cómo avanzar, no sabemos que hacer en paz, no sabemos cómo respetar la diferencia y no tenemos figuras políticas capaces de articular caminos razonables y comunes.

El gran reto de la paz es ese, es el pacto social que necesitamos firmar entre nosotros. Y es eso lo que esperamos escuchar de los candidatos: ¿cómo van a gobernar para la Colombia que tenemos hoy, para todos los colombianos, y no solo para el sector que los lleve al poder?

 

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