Hace varios días, leía algunos memes que en tono de burla decían cosas como: mi novia estaba llorando, la traté de consolar y se le borró una ceja. Esto, al principio, me hizo reír y luego pensé en las locuras de la moda que nos “venden” los medios a través de contenidos y bombardeo de campañas publicitarias a las mujeres y de las cuales nos dejamos llevar sin pensarlo dos veces.
Y es que nos sometemos cada vez más a los estereotipos de belleza que nos obligan a cumplir con la moda, de lo contrario, estamos fuera de tono. Ya no solo hay que conformarse con los tediosos tacones que nos permiten subir hasta 15 cm, todo para vernos elegantes, delgadas y muy altas, así al final del día estemos cansadas y en algunos casos y con el paso del tiempo lleguemos a deformar nuestros pies.
Ahora, tenemos que armar el combo completo… El ejemplo inicial de las cejas nos hace ver cómo evoluciona la moda, cuando solo hasta hace dos años las mujeres se iban al salón de belleza a quitarse hasta el último pelo y preferían tatuarse una delgada línea que con el tiempo se volvía de color verde y tenían que luchar por tapar el desgaste causado por el tiempo. Ahora, las cejas simplemente son gruesas, porque te hacen lucir más joven, igual que las pestañas, porque según las expertas en belleza: “entre más grandes, más expresiva la mirada”. Entonces también está la solución porque se las ponen “pelo a pelo”, aunque obviamente nada es para siempre y dentro de unos días haga el retoque o colóquelas nuevamente. Y aquí empieza un sinnúmero de imposiciones con las que debemos convivir, pues como dicen por allí “la moda no incomoda”.
Si te cortaste mucho el cabello y no estás muy conforme, en cuestión de minutos y gracias a las extensiones lo puedes lograr, pues venden el pelo al que llaman “virgen”, sin decoloraciones ni tintes, para lograr los objetivos de la moda y obviamente entre más largo, mayor es el costo.
Nos olvidamos del lápiz de labios y sus diferentes gamas, con los que nuestras mamás en los años 80 combinaban y se veían simplemente maravillosas. Ahora no es suficiente, toca rellenar los labios para que se vean juveniles, porque los años se llevan su belleza y utilizan el ácido hialurónico como caballito de batalla, dejando a todas las mujeres con la misma expresión.
No podrían faltar las uñas, que hacen parte del combo, porque ya no estamos conformes con cuidarlas y pintarlas, sino que el tamaño debe ser extra largas, hechas con acrílico, pero eso sí, cuando se parte una, corra a la manicurista porque se nota que simplemente son hechas.
Y si queremos seguir hacia abajo, los senos y los glúteos no se salvan, porque allí sí que aparecen los cirujanos plásticos haciéndonos creer que lo mejor es hacerlos crecer a punta de silicona y con un tamaño exuberante donde en todo caso queda claro que: “las formas entre más grandes, más sexys”.
Las mujeres de hoy debemos contar en el presupuesto con dinero extra para cumplir con los estándares y ser “bellas” según el código que nos venden los medios de comunicación y sus influenciadoras, pues parecemos hechas en serie en una fábrica, como si las mujeres latinas debiéramos ser todas iguales, salidas del mismo molde.
Como siempre las preguntas que caben son: ¿cuál es la responsabilidad de los medios al mostrarnos que solo son bellas “X” tipo de mujeres? y ¿por qué las mujeres nos dejamos llevar por este tipo de comunicación errada y caemos en sus redes? Vale la pena revelarnos de una buena vez o terminaremos como dice Piter Albeiro en su stand up comedy “convirtiéndonos en publicidad engañosa”.