Para la enorme felicidad de los mamertos de todo pelambre, plumaje, color y sabor, su ídolo Gustavo Petro va punteando en lo que los encuestadores llaman la carrera presidencial. Las hordas de los seguidores del ‘Señor de las Bolsas’, incluyendo la exreinita y las ‘bodeguitas’, se revuelcan de la dicha sobre la supuesta victoria de su dechado. Pero sin ánimo de aguarles la fiesta, el autor de esta nota considera que es prematuro celebrar.
Y es prematuro porque no hay nada más parecido a una contienda presidencial que una carrera de caballos. Y como todo el mundo sabe, no hay nada más estúpido que especular sobre el resultado de la carrera cuando los caballos no han ni recorrido cien metros de una pista que tiene tres mil metros; y cuando la mayoría ni siquiera ha empezado a correr. Es más, los únicos que han iniciado la carrera son el ‘Señor de las bolsas’ y dos izquierdistas marginales de nombre Robledo y Romero que difícilmente figuran en las en encuestas. Petro, que lleva años, posiblemente décadas aspirando al poder, obviamente tiene hoy la ventaja. En estos momentos, los candidatos de peso como Fajardo, Gutiérrez y Char, ni siquiera han salido. Más les vale a las hordas petristas esperar a que recorran los caballos por lo menos un kilómetro de la carrera para empezar a apostar.
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En estos momentos, los candidatos de peso como Fajardo, Gutiérrez y Char, ni siquiera han salido
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Un especialista en apuestas les recomendaba a sus seguidores: “Elegir a un ganador es más sencillo por descarte. Comienza eliminando de tu lista a los caballos perdedores habituales, a los menos rápidos, los que no están en forma o a aquellos que están siendo sobrevalorados. Según los expertos, dividir a los caballos de una carrera en grupos te facilitará el trabajo: un grupo (pongamos 1) serán los caballos líderes, aquellos que tienen más probabilidades de ganar. El grupo 2 serían los que en las últimas carreras han quedado en terceras o cuartas posiciones, esto es, colocados, pero no son ganadores. El grupo 3 lo integrarían los caballos de la cola, aquellos que tienen pocas probabilidades de quedar entre los cinco primeros. Dividir así las carreras te ayudará a decidir si los caballos ganadores tienen más o menos probabilidades: en una carrera con varias ‘figuras’ del grupo 1, el duelo hará difícil acertar quién ganará.”
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Apostilla: El senador español de Cantabria, Emilio del Valle, le hacía a Enrique de Santiago, el presidente del Partido Comunista Español y abogado de las Farc, las siguientes reflexiones cuando Santiago defendía en el Parlamento las maravillas de la sanidad en Cuba: “No sé en qué mundo vive usted señor Santiago cuando dice que en Cuba la sanidad es insuperable; Yo tengo una hermana que lleva siete años viviendo en Cuba y con la cartilla de racionamiento no le llega ni para terminar el mes, no hay medicinas, ahora mismo hay epidemia de sarna y epidemia de hepatitis y están con remedios naturales que dicen las abuelas de toda la vida porque no hay medicinas…yo le mando medicinas y se las quedan los funcionarios de aduanas, esa es la realidad de Cuba señor Santiago, pero usted ¿qué quiere ver? ¡Si solo hay miseria y nada más que miseria! y se lo puedo asegurar porque de primera mano, de primera mano, sí, mi hermana religiosa es monja y está allí atendiendo la miseria que ahí con otras monjas españolas que no tienen ni para comer y que no van presumiendo de ello y que lo poco que le damos lo regala porque allí hay más necesidad y va con andrapos y está ahora con sarna porque hay epidemia de sarna y dice usted la mejor sanidad, pero ¿en qué mundo vive, pero a quién quiere engañar? Si eso es a lo que lleva el comunismo, es la puñetera realidad de lo que es el comunismo, el que quiera verlo que vaya a Cuba, primero si lo dejan entrar porque ahora con la excusa de la covid no dejan entrar a nadie, pero si la dejan entrar que vaya a ver la realidad del comunismo, lo que usted vende aquí como idílico…”