Por estos días, cuando el pueblo barranquillero se prepara para vivir y gozar de las mejores fiestas carnestolendas del país con agua y maicena, al parecer también hay desorden, una tremenda recocha dentro de los sectores alternativos de la ciudad, que hasta el momento no logran concertar el nombre de un líder que logre hacerle peso a la hegemonía de la casa Cambio Radical.
Esta, por su parte, desde inicios del 2015 ya había anunciado que el próximo candidato, después de Alejandro Char, sería Jaime Pumarejo, a quien se le ha visto desde que arrancó el 2019 visitando sectores populares, en reuniones con grandes empresarios y dirigentes de otras colectividades tradicionales de la ciudad.
Lo realmente cierto es que la gente desea continuidad, quiere seguir viendo la gestión que ha transformando en los últimos años a Barranquilla: una ciudad con acceso vial a muchos barrios en los que anteriormente no se podía ingresar y que hoy cuentan con parques, canchas, colegios y hospitales recuperados.
Ante todo esto, a los sectores puramente alternativos no les queda otra que renovar a sus dirigentes, es decir, ofrecer oportunidades a nuevos liderazgos y cambiar el discurso crítico de ciudad por una propuesta innovadora donde los barranquilleros logren percibir el cambio. En otras palabras, lograr una transición, donde se complemente la actual política del “cemento” hacia una ciudad más segura, sustentable y amigable con el medio ambiente.
¿Será que están esperando gozarse el último carnaval de los Char?
