En estos días en que pasan los 100 años de la construcción del canal de panamá y al canal RCN se le ocurrió transmitir este gran suceso que le cambió la vida al comercio mundial -pues le da paso en solo horas a un buque cargado de mercancías de un océano a otro- se me da por leer un poco sobre esta situación que nos dejó a los colombianos sin un departamento más. Fue para el año de 1903 en que se dio la separación oficial de Panamá. Una cantidad hasta ahora interminable de conflictos bélicos, siempre direccionados a la búsqueda del poder en Colombia -6 guerra civiles en total y la guerra de los 1000 días- fueron algunos de los ingredientes que llevaron a que esta separación se diera. Pero no solo fue eso, la pobreza y la falta de oportunidades en esta región, también pusieron su granito de arena para que los panameños buscaran su desvinculación de la Gran Colombia.
Analizando y comparando estos eventos con la situación actual del país, esos hechos son una muestra de cómo la vida y la historia se repite, aunque esta vez con otros departamentos, en los cuales habita un denominador en común, el centralismo del Estado y la falta de políticas de gobierno en las regiones.
¿Que pueden tenerla costa Caribe, la costa Pacífica, Putumayo, Vichada, Meta, Vaupés y los Llanos con el panamá de la época? Mucho en común, sobre todo y quizás la más clara estar lejos de Bogotá. Estas son regiones atrasadas, corroídas por la corrupción y olvidadas por el gobierno central, han vivido además por años con una guerra sin fin, BACRIM, Rastrojos, Urabeños, Guerrillas, etc… son pueblos que se están levantando en desobediencia civil, en paros que detienen el funcionamiento de pueblos completos, con el fin de hacerse sentir, de sonar una voz de alerta, de que como van las cosas pueden empeorar, de seguir en esta situación de abandono.
Hay un departamento en especial, que hoy en día está en boca de todo el mundo, La Guajira. Este el pobre, endeudado y hace muchos años olvidado departamento, hoy se ha levantado en un paro cívico, entre las muchas razones que se pueden mostrar se encuentra quizás la más fuerte, este departamento ha visto nacer y ha visto morir, pero no ha visto crecer a 4700 indígenas en los últimos 5 años. En este departamento se va la luz cuando quiere, el servicio de agua no es constante, no hay acueductos, no hay carreteras en buenas condiciones, hay problemas educativos, hospitales endeudados hasta decir no más, municipios y zonas con niveles de vida iguales a los de Haití o cualquier país africano; donde se aparezca al virus del Ébola ¡quizás!
Para empeorar la situación, el recién nombrado Ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, sale a los medios de comunicación a decir: “el paro en la guajira es Injusto.” Es una expresión tan grave, tan injusta y tan difícil de digerir como la que le dio vida al paro nacional agrario del año pasado: “el tal paro agrario no existe” habrá que preguntarle al ministro cual es el significado de justicia que tiene, porque la justicia como la pintan el en papel es diferente a la realidad.
Es una gran verdad que los paros en muchas ocasiones no son del todo efectivos y más cuando se tienen unos medios de comunicaciones que parcializan las noticias y no le dan la importancia y las dimensiones que una noticia de estas requiere. Pero salir a decir que el paro de los guajiros es injusto, es decir una barbaridad en términos mayores, es bofetear en la cara al indigena que todos los días sale a recoger en su espalda los bultos de sal si ninguna clase de protección social, ni pensión, ni reconocimiento por parte de estado. Es decirle al campesino que cultiva la yuca, el guineo, el ñame, con poca o ninguna tecnología que su trabajo no vale, que el esfuerzo por sobrevivir es tirado a la basura.
Hoy cuando estamos en tiempo de sequías, con un fenómeno del niño que “no es tan machito como lo pintan” se ha dimensionado la falta de agua como el único problema que afronta mi departamento. Si es cierto hay problemas de abastecimiento de agua, que se debe en gran parte al gobierno nacional, pero las gentes de La Guajira no se muere por que no haya agua, valla pues, unas gentes que llevan años, quizás siglos viviendo en estos territorios, que habrán pasado quizás cuantos fenómenos del niño en estas tierra áridas, ahora nos van a salir que se están muriendo de sed. No nuestros indígenas se están muriendo por la indolencia, se están muriendo por las promesas incumplidas, la falta de presencia de gobierno nacional, con hospitales, centros de salud, centros de nutrición, y entes que realmente vigilen que los dineros que se giran a nuestras tierras por conceptos de regalías, y demás dinero que nos da la nación, no se los roben los tentáculos de la corrupción.
Estas son precisamente las señales de como la historia se repite, así tal cual está sucediendo, ya pasó en el desparecido departamento de Panamá, allí la gente se moría de hambre, se moría de inconformidad, se moría por falta de salud, se moría por la falta de presencia institucional en este territorio. Ya esto nos pasó, y van recorriendo los mismos gobernantes de siempre (los Santos, los Lleras, los Gaviria, los Pastrana, etc…) cometiendo los mismo errores de 100 años atrás.
Como si esto fuera poco, en nuestro territorio no tenemos una maza académica critica, porque ni siquiera nos han querido formar bien (andan envolatados 10 mil millones que deja de pagar Cerrejón a nuestra Universidad de La Guajira), aquí sí que se ven los casos en donde para ir al colegio niños de las veredas, los corregimientos, las rancherías salen a caminar con el inclemente sol en sus pies, para llegar a un plantel educativo, o vasta ir vía Maicao para ver en los camiones niños sin ninguna protección con el afán de ir a educarse. Casos como el ya vivido con los niños de Fundación (buses o camionetas en precarias condiciones, llenos de niños, adultos, son el pan de cada día en las carreteras del departamento) no se ha presentado aquí por una gracia divina. Y dándole gracias a esa misma divinidad (al divino niño, a la virgen de Carmen, o quizás que poder sobre natural) aquí no se ha presentado una catástrofe de fuerzas mayores.
Un incendio, un accidente, un desastre de grandes magnitudes, se lleva a este departamento completo. Hay días donde se va la luz en un hospital, donde se va el agua días y días, sin razón alguna, en los peores inviernos, en nuestros municipios los acueductos no tienen agua. La recolección de basuras dura a veces semanas, y los vertederos de desechos cerrados, multados, porque en realidad no hay políticas claras con respecto a estos. Si esto no es una injusticia, ¿ Qué es lo verdaderamente Injusto?
Para colmo de males, nos quieren prohibir el comercio al que tenemos derecho los verdaderos hijos de estas tierras con nuestros hermanos venezolanos. Esa falta de institucionalidad que llega a no saber en realidad cuántos contrabandistas, cuantos jóvenes, familias enteras están dedicadas al contrabando. Es que solo con ir a la Paz (Cesar), Maicao, Uribia u otros pueblos donde hay gente dedicada a estas actividades de tiempo completo y prohibirles comerciar, eso se convierte en un “delito”, es quizás lo más cercano a llevar a estos pueblos a la ruina. Sacar a estas familias del contrabando sin un programa serio de educación, empleo digno, ayuda económica e inversión en infraestructura, es mandarlos directamente a hacer cola en las filas de la delincuencia. Esta es una cadena tan larga, que hasta en Venezuela se va a sentir el golpe que le den a nuestro departamento, pues los colombianos somos grandes clientes de PDVSA, Polar, hasta de televisión y radio, pues en muchas zonas de nuestro territorio llega esta señal.
Para hacer más injusta la cosa, Ya hace varios meses que llego al departamento de La Guajira, el ex ministro Juan Camilo Restrepo y denominó a la represa del Rio Ranchería como un elefante blanco. Muchos dicen que eso lo hizo con el fin de no seguir las obras de Álvaro Uribe, pero lo cierto es que el gobierno Santos ha logrado todos los puntos para ser el presidente que peor se ha portado con nuestro departamento, la creación de unos pozos no es la solución, ni son el pago justo por los 120 mil votos que le dimos, necesitamos soluciones a las verdaderas problemáticas que se tienen identificadas en los CONPES y diferentes ministerios del gobierno.
Con esta nota no le pido a los Guajiros, ni a los departamentos que nombré, que salgamos a las calles a destruir todo, pues además de que no tenemos mucho vamos a dañar lo poco que nos sirve, y mucho menos, que salgamos a buscar la separación de Colombia (que entre otras cosas, en las actuales condiciones es casi que imposible) debemos dejar de ser hombres y mujeres pasivos, debemos preguntarnos qué está pasando en el mundo, pues como vamos nos está pasando el mundo por encima, nos están dando las migajas de lo que el mundo es, las migajas que le sobran a los del centro, que le sobran a nuestros dirigentes, que no se cansan de ver familias y familias enteras de indígenas y campesinos viviendo en la miseria y la pobreza, que no les duele los niños muertos, que destruyen la integridad y unidad familiar de un hogar. Mientras tanto algunos pueblos contentos, pues ve al alcalde con un reloj nuevo, ve al gobernador con una casa nueva, ve al senador con una mujer buena, y ve que el presidente se baja de una súper camioneta prado, y dice esa es la del presidente.