LOS DOCENTES RURALES DE COLOMBIA NOS PREGUNTAMOS ¿QUE VAMOS A HACER?
Por estos días, en todo el mundo vivimos la crisis mundial en todos los campos del quehacer humano a causa de la pandemia ocasionada por el COVID-19 y el sector educativo, no ha sido ajeno a esta afectación; que además trajo, para nosotros los docentes de la zona rural de Colombia, un agudo dolor de cabeza.
El Ministerio de Educación Nacional (MEN), expidió la Circular 19 del 14 de marzo, la cual brinda orientaciones para las Secretarías de Educación sobre las recomendaciones para mitigar la propagación del virus en establecimientos educativos y ofrece alternativas para la estructuración de estrategias de apoyo al aprendizaje y la planeación de la prestación del servicio educativo, donde se expone como principal medida, la integración de herramientas virtuales o TIC´s, que se resume en “clases por internet y/o a través de dispositivos móviles o computadores”.
Pero la realidad es otra; en las zonas rurales de Colombia, un porcentaje mínimo de instituciones educativas cuentan con los dos elementos (servicio de internet y equipos móviles o computadores) en condiciones que permitan una buena conexión y que se mantenga, pues si a veces las consultas que se les exige en una clase a los estudiantes, se demoran por la baja velocidad de la red, ¿cómo será una conexión multimedia y de varios equipos a la vez?
Pero como la idea es no reunir estudiantes para evitar el contagio, estas actividades de clases virtuales, deberán realizarlas, los estudiantes, en sus respectivos hogares; donde aún es más critica la situación, ya que muchos Padres de familia no cuentan ni con una conexión permanente telefónica de llamadas de voz, ahora mucho menos, una red para navegar por la internet a través del celular, aclarando casi todas las personas que viven en el campo solo buscan tener un celular llamado “flecha” (que solo se utiliza para llamadas y SMS) para comunicarse.
Supongamos que el Padre de Familia tenga un Smartphone, viene el problema de como hace para navegar en él, deberá recargarlo permanentemente, pero es de común conocimiento que los datos se consumirán rápidamente estas recargas y surge una nueva cuestión: ¿en dónde van a imprimir?
Ahora, por el lado de los docentes que trabajamos en primaria con la metodología de Escuela Nueva, en aulas unitarias y multigrado; es decir, con los cinco grados de primaria (de primero a quinto), sumando a ello, el grado de transición; quienes nos preguntamos, ¿cómo vamos a hacer para seguir dando las clases?
Las directrices que nos envía el MEN es hacer talleres, pero nos surgen algunos interrogantes, tales como: ¿Quién va a dirigir el desarrollo de estos talleres? ¿Cómo se los hacemos llegar? ¿Dónde se imprimen? ¿Quién los imprime? ¿Cuándo y cómo los recibimos? ¿Es factible una educación con solo talleres? ¿Si en estos tipos de aula los desempeños en pruebas SABER son mínimos, como serán con esta estrategia?
No se puede desconocer que en estos contextos, el apoyo de los padres es muy bajo, debido a su baja o nula formación escolar, sumado a que en estos momentos su prioridad es producir para sustentar el hogar y a los que necesitamos de su producción.
No podemos obviar que en algunas regiones de Colombia están en época de invierno, donde las lluvias hacen estrago en las vías, sumado al bloqueo que algunas comunidades indígenas y campesinas hacen en estos territorios rurales para evitar la propagación del virus.
Surge así una pregunta que todos los docentes de las zonas rurales nos estamos realizando: ¿Qué vamos a hacer?