Desde el primer momento en que hablamos con Yeni nos dimos cuenta que es una mujer valiente, trabajadora y alegre. Nos cuenta que aprovecha todas las oportunidades que se le presentan, porque tiene claro su derecho a superarse. Motivada por ese empuje ha realizado varios cursos en manejo de residuos sólidos y gestión ambiental, y un diplomado en generación de proyectos. “Me gusta estudiar y aprender de mi oficio, y por eso la gente me hace bromas: Yeni tú que has estudiado tanto, y todo ese poco de cartones que tienes para qué, ¿para venderlo por archivo? Y yo respondo: Noooo, si el cartón está muy barato”. Y se echa a reír.
Y esa sonrisa siempre está ahí. Cuando le pregunto cómo se escribe Yeni, me dice “¡No! Es Yenis, no sé por qué mis padres me colocaron esa S al final, imagínate, a los costeños que nos fascina comernos esa letra y a mí me la colocaron demás, ¡cómo la ves!” Ajá, cómo la veo, pues que de ahora en adelante es Yenis, con S.
Tener una ruta es mejor y más seguro, por ejemplo de colegios, centros comerciales o conjuntos residenciales, porque se recolecta directamente de la fuente. Yenis estuvo 8 años reciclando en la calle y no quiere volver a hacerlo: “la cargada del material es muy dura y las mojadas acaban con lo que se hace en un día, porque perdía todo y a veces no conseguía donde resguardarme”.
Yenis busca trabajo, pero no consigue a pesar de que está capacitada para desempeñarse como gestora ambiental, así que mientras llega el “chance” sigue en el reciclaje.