Cuatro años después de expedido el Acuerdo que obliga al Alcalde Mayor de Bogotá a reglamentar la casas de la cultura, a éstas se le asignan presupuestos según el capricho de los funcionarios de turno. Esto se agrava con la decisión de la Secretaria de Cultura de reconocer como Casas de la Cultura a cualquier organización sin cumplir con la obligación de contar con inmuebles dotados para el desarrollo de actividades culturales.
En el año 2010 el Concejo de Bogotá expidió el acuerdo 448 de 2010 , que en su artículo primero estableció que “El Alcalde Mayor expedirá una Política Pública Distrital sobre las Casas de la Cultura, con el propósito de promoverlas, impulsarlas y apoyarlas en todas las Localidades de la Ciudad, como nodos de organizaciones generadoras de procesos culturales y sociales y de contribuir a que trabajen por el bien público y colectivo y participen en la tarea de hacer efectivos los derechos culturales de la población”.
Pero a la fecha las casas no se han reglamentado.
En la ciudad sólo hay siete inmuebles adecuados para funcionar como Casa del Cultura. Suba, Fontibón y Engativá tienen los equipamientos en comodato con organizaciones de segundo grado de las cuales la Secretaría y la Alcaldía Local hacen parte de la asamblea y junta directiva de las Corporaciones. De ellas Fontibón recibe un presupuesto, Suba dos, y Engativá ninguno. A pesar de que la comunidad convocada en cabildo de cultura 2013, decidió que se le entregaran los recursos, éstos nunca aparecieron.
Barrios Unidos, Ciudad Bolívar y Tunjuelito tienen inmuebles destinados a la Casa de la Cultura que maneja directamente cada alcalde local, según su criterio. Sin embargo existen corporaciones que reciben un presupuesto a nombre de la Casa de la Cultura, que se gasta por medio de un convenio en actividades que no fortalecen la casa como tal.
Sumapaz tiene un inmueble que a veces administra la Corporación Casa de las Cultura de Sumapaz, y a veces una ONG campesina.
Bosa, Santafé, Antonio Nariño, Rafael Uribe y Usme están en proceso de consolidación. Los recursos se los entregan a un consorcio para que los administre.
Puente Aranda y Usaquén reciben recursos como casas de la cultura, pero no tienen equipamientos. Chapinero, Teusaquillo, San Cristóbal, , Mártires y Kennedy, no tienen inmuebles ni organización casa de la cultura, aunque sus procesos culturales son de tradición.
Usaquén que no puede recibir recursos directamente, concursa por apoyos concertados.
Existe un Concejo Distrital de Casas de la Cultura, que integran las 16 organizaciones. Pero salvo Engativá que no pertenece al círculo de amigos del gobierno y por lo tanto no recibe ningún presupuesto, a las demás no les interesa discutir la política pública porque por afiliaciones políticas con el gobierno de Bogotá tienen asegurados recursos.
En resumen, sólo hay tres casas que cultura que pueden justificar gastos asociados al funcionamiento de las mismas. Las demás tienen todo el derecho de ser apoyadas de acuerdo a su actividad artística principal, pero se equivoca la Secretaría Cultura cuando las disfraza de Casas de la Cultura para entregarles presupuesto. Pero también se equivocan los colectivos artísticos que entran en éste juego. La administración debe adquirir mínimo un inmueble por localidad dotado con un auditorio, sala de espejos para danza y aula para música, artes plásticas y literatura. Administrada por la comunidad constituida en organizaciones de segundo grado, con presupuesto para funcionamiento asignado por la Secretaría..
Las demás organizaciones deben ser inscritas y apoyadas según su actividad cultural. Pero eso pasa por la reglamentación del Acuerdo 448 de 2010. Lo demás es seguir ejecutando el presupuesto de las Casa de la Cultura por las esquinitas.