Ante la iniciativa del gobierno nacional de avanzar en la nueva etapa con la vacunación con los miembros de fuerza publica, docentes, personas con comorbilidades y cuidadores, resta prioridad a un sector de profesionales que ha sido clave en la identificación, rastreo y vigilancia del cumplimiento de todas las políticas de bioseguridad y administración de casos dentro de las empresas a lo largo y ancho de nuestra patria: auxiliares, inspectores y coordinadores HSE, o como coloquial y respetuosamente se les conoce, SISO.
La sorpresa parte debido a que la gestión que adelanta el gremio de taxistas para inocular a sus agremiados ha caído bien en Palacio de Nariño, obviamente es un serio un acierto en términos de cálculos políticos ante una imagen muy desfavorable del presidente Duque. Lo anterior muestra que los gremios con poder de lobby lo están consiguiendo. ¡Qué bueno que los docentes sean vacunados! Pero basado en que la mayoría de clases se dictan de forma presencial, ¿es completamente prioritario e imperativo abarcar a la totalidad de estos profesionales?
Volviendo al área de los profesionales en seguridad y salud en el trabajo, ellos han sido quienes han redactado, implementado, socializados y vigilado los tan citados protocolos de bioseguridad que tan buenos efectos ha tenido en esta reactivación económica y productiva. Por lo anterior, es supremamente valioso que este sector de la población sea priorizado, dado que, guardando proporciones, es el brazo del gremio de salud incrustado dentro de las empresas, fábricas y almacenes.
Que no solo el lobby y buenos amigos en el ejecutivo visibilicen a un inmenso número de colombianos que sin descanso trabajan para mitigar los efectos de este devastador virus.