En este momento tan grave que estamos atravesando, no ha sido posible que el director de esta institución tan importante para la vida económica y social de la ciudad como lo es el Instituto para la Economía Social - IPES, salga a asumir su responsabilidad ante la ciudad e informe a todas aquellas personas que estamos o somos beneficiarios de algún programa de dicha institución. Así sea para dar una voz de tranquilidad y saber que hay un funcionario público que está representándonos y asumiendo la vocería de nuestras necesidades ante las autoridades locales, distritales, departamentales, nacionales e internacionales.
En este momento todos los sectores económicos del país se están movilizando por medio de sus agremiaciones y sectores sociales a exponer sus requerimientos y necesidades y exponiendo lo que requieren para solucionar sus necesidades.
Pero de parte del IPES, no se ve un afán institucional a la hora de diseñar programas y estrategias encaminados a afrontar está situación caótica y desesperante en la cual estamos inmersos todos, no solo nosotros lo vendedores informales de la ciudad de Bogotá.
Y nosotros, al estar representados por una institución como el IPES que aglutina las políticas distritales para este sector de la economía popular, esperamos una mejor labor de liderazgo de sus funcionarios y que, en especial su director, estén más visibles y presentes no solo buscando las ayudas que tanto necesitamos si no recursos aún que fuesen mínimos para después de la cuarentena, poder asegurar un capital semilla para poder empezar de nuevo. Así toque devolverlos. Pero de algo hay que aferrarse en medio de tanta incertidumbre.
Desafortunadamente, tenemos una institución a nivel distrital que se ufana de tener programas diseñados para ayudar a la población vulnerable de los vendedores informales, refiriéndose siempre a los mercados solidarios y no a los problemas de fondo.