Entre las múltiples medidas tomadas por el gobierno nacional, tras la pandemia de COVI 19, se encuentra el cierre de la frontera con Venezuela, pero lamentablemente no se tuvo en cuenta la línea fronteriza con Ecuador, donde, por tratarse de una frontera amistosa y de altísima circulación de ciudadanos, las posibilidades de que la epidemia se extienda por Nariño son alarmantes.
Y es que el gobierno ecuatoriano tampoco tomó una determinación radical con su frontera norte. El vicepresidente de ese país anunció una serie de medidas que comprenden la restricción al ingreso de extranjeros, la prohibición de visitas a centros geriátricos, el celebrarse reuniones públicas con más de 30 personas, entre otras. Pero dejó abierta la frontera con nuestro país.
Variables alarmantes
Existen una serie de variables que se deberían tener en cuenta al momento de tomar una determinación. Ecuador es un país relativamente pequeño y el contacto con ciudades como Ibarra y Quito es directo desde el sur de Nariño, más directo incluso que de Pasto con el interior de Colombia. A ello se suma que Ecuador, al momento de escribir esta nota, registra un número mayor de contagiados que Colombia (37 en el caso ecuatoriano y 34 en nuestro país).
El fin de semana, la circulación de vehículos y personas entre Tulcán e Ipiales, aumentó por las ventajas comerciales que ofrece Colombia ante el poder adquisitivo del dólar, presentándose trancones impresionantes en el puente de Rumichaca donde no se ejerce control alguno sobre la población ecuatoriana.
Si seguimos a los expertos quienes recomiendan que cualquier medida que se tome se la debe considerar insuficiente, pues el mínimo error expone a un contagio que podría resultar mortal, lo cierto es que Colombia, por la frontera ecuatoriana, tiene habilitado un paso que pone en elevado riesgo, principalmente, a la población de Nariño.
En el caso del gobierno departamental que lidera Jhon Rojas, el mandatario explicó que puso en marcha un puesto de mando unificado para manejar la crisis, entregando un parte de tranquilidad y reforzando medidas de prevención con el apoyo de varias instituciones.
Sin embargo, y pese a lo hecho, la sensación de muchos sectores ciudadanos se resume en la idea de que no se está haciendo lo suficiente en el manejo de una epidemia que podría volverse incontrolable y que, por supuesto, no deja de generar temor en un amplio sector de nariñenses.