Es una vergüenza que al conmemorarse el bicentenario de la batalla de Boyacá, evento que selló la independencia en Colombia, todavía los seguidores de la estafa comunista del marxismo-leninismo continúen manoseando el nombre del libertador, hablando de bolivarianismo, cuando eso es totalmente antagónico al pensamiento liberador de Simón Bolívar, que es la antítesis al dogmatismo liberticida de Karl Marx.
El comunismo totalitario valiéndose de la confusión ideológica que existe en algunos pueblos latinoamericanos hace un revoltijo desventurado, entre la genialidad y el embrutecimiento. De hecho, Hugo Chávez, difunto presidente de Venezuela, de una manera burda y maniquea atracó la memoria de Bolívar (que indiscutiblemente es un inmenso adalid de toda la humanidad) para montar su bodrio del socialismo del siglo XXI (disfraz marxista), constituyéndose en la máxima aberración política e ideológica que ha existido en Latinoamérica.
Chávez de mala fe utilizó el nombre del Libertador para juntarlo con Karl Marx, quien en una biografía publicada en 1858 de su puño y letra se refirió a Bolívar como el “canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque”. Además lo acusó de haber entregado a Francisco Miranda a los españoles, lo cual demuestra que la mezcla entre Marx y Bolívar es como juntar el agua y el aceite, o algo similar a crear una religión entre Jesucristo y los fariseos quienes persiguieron al maestro hasta hacerlo crucificar. De ahí que el perverso revuelto que hace el castrochavismo para engañar incautos desconociendo el rigor histórico es una promiscuidad doctrinal.
Poco antes de morir Bolívar dijo no tener patria, ya que la misma era usada por los tiranos para oprimir a los débiles. Sin embargo, el castrochavismo ha tomado el término bolivarianismo para montar toda clase de abyecciones, teniendo enajenada e idiotizada absolutamente a la población de Cuba y tratando de hacer lo mismo con otras naciones dirigidas por dictaduras sanguinarias marxistas (como son los casos de Venezuela y Nicaragua). Cabe subrayar que fue tan miserable y deshonroso el papel del tirano Fidel Castro que a nombre de la “patria” mandó mercenarios cubanos en la década de los setenta del siglo pasado al África para defender los intereses del imperio soviético en ese continente.
Entonces la farsa chavista del socialismo del siglo XXl, que ha fracasado en Latinoamérica, por razones humanas, económicas, políticas y filosóficas, no puede hacer simbiosis entre el marxismo y el bolivarianismo (bien entendido), ya que ello constituye una afrenta a la inteligencia y un ultraje a los ideales nobles y libertarios de Bolívar.
Sin embargo, el tirano de Fidel Castro como comunista resabiado asaltaba la memoria del libertador y decía: “Simón Bolívar, su nombre no pertenece ya solo a ese hermano país de Venezuela, sino a todos los pueblos de América Latina”. Pero claro que Bolívar es de todas nuestras naciones, pero a los únicos que no puede pertenecer es a los miembros de la pandilla marxista-leninista de la que hacían parte Castro y Chávez, ya que las ideas emancipadoras de Bolívar jamás tendrán algo que ver con las patrañas oprobiosas, criminales y esclavistas de Marx.
El marxismo en su genocida historia siempre se ha valido de la estupidez humana para llegar mediante el engaño y la violencia a la toma del poder político. En el caso de Latinoamérica la mayoría de las veces no pone la cara, sino que de manera perversa utiliza a figuras cimeras como la del libertador para timar incautos, pues a los comunistas totalitarios por no tener la razón lo que más los asusta es el debate ideológico al cual le huyen, siguiendo las enseñanzas de Lenin y Antonio Gramsci. Por eso los miembros de la secta marxista al engañar a otros se engañan a ellos mismos y al engañarse a sí mismos van en contra de su conciencia... y al ir en contra de su conciencia son parte indiscutible de la bestialidad.
En el bicentenario de la batalla de Boyacá, que fue parte fundamental de la gesta emancipadora de Bolívar para los países de la región, el mejor homenaje que se le puede rendir es incrementar el repudio hacia la secta del marxismo-leninismo, liberando a las naciones latinoamericanas que han caído bajo la férula del socialismo del siglo XXl, utilizando la democracia que es la alternativa real y posible para el progreso social y humano de los pueblos, porque el comunismo totalitario del cual hacen parte en Colombia las bandas armadas del Eln y las Farc solo trae miseria, atraso, ignorancia y muerte.