¿Y ahora quién podrá detener el plagio?
Opinión

¿Y ahora quién podrá detener el plagio?

La cultura de los copietas se pavonea a todos los niveles y crecerá con ChatGPT, la inteligencia artificial cuyos textos no son de Google por lo tanto no detectables

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enero 23, 2023
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Hay plagio a la lata en la época de Google y habrá más aún en la de los robots de la inteligencia artificial que escriben textos sobre lo que les pidamos. Además de los actores de la educación, alumnos y profesores, la entrada en forma de la inteligencia artificial afectará un sinnúmero de profesiones que, por fuerza, tendrán que reinventarse, so pena de desaparecer sepultadas por la tecnología.

La cultura del plagio en todo tipo de trabajos asociados a la elaboración de textos está viva, aunque hay copias más sutiles que otras. En esta etapa que parece entra en su ocaso, la del buscador Google, que ya tiene más de un cuarto de siglo, hay plagios de ideas ajenas a las que se viste de redacción propia y, también, lo más frecuente, el vulgar “copy-paste”.

Pese a que existen innumerables programas y aplicaciones que permiten la detección del fraude (Plag Tracker, Dupli Checker, Plag.es y muchos otros), la cultura de los copietas se pavonea a los más altos niveles. Basta recordar la flamante presidente de la Cámara de Representantes, hace pocos años, cuya tesis de posgrado había resultado vil copia de otros trabajos, con voz impostada, agrediendo a las autoridades de la U. Externado después de hecho público el fraude, o a un ministro actual, virtuoso del fusilamiento de textos e ideas ajenos, amenazando con denunciar a sus detractores y que, campante, sigue ejerciendo en el ejecutivo público.

De ahí para abajo el plagio está presente en todos los tramos de le educación. En la básica y secundaria, con profes, especialmente los mayores, que piensan que las tecnologías digitales son inalcanzables, algunos de cuyos estudiantes son maestros del “copy-paste”. En universidades, particularmente las que menos pagan a sus profesores, generalmente los de cátedra, el plagio campea por la falta de dedicación de muchos catedráticos. El pago mínimo por hora en el 2022 era de $ 41.667 en 2022 (más prestaciones). Pocos profesores con tal remuneración se tomarán la molestia de dedicarle un par de horas pasando por el filtro del plagio los trabajos de sus alumnos.

El asunto del plagio se complica ahora con la inteligencia artificial. ChatGPT, lanzado en noviembre por OpenAI.com ya tiene en estado de alerta roja a autoridades de colegios y universidades en los Estados Unidos y Europa y pronto pasará lo mismo por estas latitudes. La razón es simple: ChatGPT produce textos originales que no se encuentran en Google y, por lo tanto, no son detectables como plagio con las herramientas conocidas.

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ChatGPT, lanzado en noviembre por OpenAI.com ya tiene en estado de alerta roja a autoridades de colegios y universidades en  EE. UU. y Europa y pronto pasará lo mismo por estas latitudes

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Un periodista puede, perfectamente, pedirle al robot que le redacte un ensayo sobre la violencia en Colombia entre 1960 y el 2020 y la aplicación le devuelve, en segundos, un texto impecablemente redactado que el comunicador puede hacer pasar como suyo. Un pintor puede solicitarle a la inteligencia artificial un cuadro surrealista y ella le entregará varias propuestas que aquel podrá utlizar como modelos. Un cuentista le da los elementos para una crónica infantil que incluya una ovejita, un perro, un gato y un niño y el robot le elabora un lindo cuento.

Un profesor puede poner al ChatGPT a evaluar trabajos de sus estudiantes (historia, literatura, por ejemplo)  y el ChatGPT le hace análisis de alta pertinencia. La inteligencia artificial hará superflua la función del evaluador…

Una primera reacción en colegios de los Estados Unidos ha sido la de la venta del sofá, es decir, la de prohibir la aplicación en el establecimiento, bloqueándola. Absurdo, pues con una tableta o un teléfono inteligente en casa cualquiera podrá apelar a ChatGPT y a todos los robots que ya hay y que aparecerán muy pronto.

Corresponde cambiar la forma en que se estudia, los procedimientos de evaluación y de “certificación” del progreso en el conocimiento.

De cara a los robots de la inteligencia artificial como el Chat GPT, la solución más inteligente para los profesores es la de trabajar con ellos como aliados. Con frecuencia olvidamos que una de las claves en los procesos de aprendizaje radica en la capacidad de hacer buenas preguntas, en el despliegue de la creatividad, en la interpretación de las respuestas que dispositivos tecnológicos nos ofrezcan. Para ello deberemos aprender acerca de los sistemas de inteligencia artificial y debe ser pronto, porque los robots y las aplicaciones ya están ahí.

Un último tema: las competencias emocionales, aquellas llamadas blandas, se seguirán aprendiendo de otra manera. A ellas pertenecen el trabajo en equipo, colaborativo, la iniciativa, aprender a aprender, liderazgo, empatía… Dudo que la inteligencia artificial se vaya a tomar ese ámbito que, por fortuna, permanece en el de los humanos.

 

 

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