Donald Trump pasará a la historia por armarle camorra a varios países: Irán, Corea del Norte, Venezuela, Cuba, Rusia y China, entre otros. Ha revestido sus acciones con un discurso nacionalista, que al igual que en la época de Hitler, aviva el fuego de la supremacía, arrasando a aquellos contra los que puede enfilar baterías, al margen de las razones que generalmente esgrime. Pero hay algo más que constituye el distintivo de su gobierno: dejará la impronta por promover la xenofobia, el odio y la venganza.
¿Una prueba fehaciente? Los recientes tiroteos en suelo norteamericano el fin de semana. El primero de ellos en un complejo comercial de El Paso, Texas, que deja un saldo de 20 personas muertas y 26 gravemente heridas, y el segundo, en un bar de Dayton (Ohio). Como consecuencia, murieron 9 personas y otras 27 quedaron heridas.
El Paso tiene una población de 680.000 moradores, de los cuales el 85% son de origen mexicano y se estima que, un 5% más, con raíces centroamericanas en general.
Dayton por su parte, tiene 140.000 habitantes. Se le recuerda por dos hechos de significación: pasado mes de mayo fue escenario de una protesta del grupo supremacista blanco KKK y, recientemente, esta comunidad sufrió el azote de los tornados.
Los latinos, blanco de la xenofobia
Dos atentados en menos de 13 horas que enlutaron familias de latinos. Y, al menos en el primero de los hechos luctuosos, llama la atención la defensa que hizo el criminal de las ideas nacionalistas de Trump, tras aseverar que Texas está llena de hispanos que les roban espacio a los auténticos americanos.
Cabe destacar aquí que en lo que va de año, se contabilizaron una veintena de ataques con armas de fuego por todo el país. Unos en mayor grado y alcance que otros, pero involucran vidas humanas. Detrás, el asesinato de personas afro y latinos.
Al caer la tarde del domingo 4 de agosto, el presidente salió a los medios a tachar de dementes a los autores; nadie lo niega. Pero irónico que esos dementes a los que acusa, hayan tenido acceso a fusiles y otros elementos bélicos gracias a la defensa que él ha hecho de no imponer restricciones, al tiempo que su posición no hace más que afianzar el propósito mercantilista de la Asociación Nacional del Rifle.
Un período contrario a los inmigrantes
La xenofobia, el odio y la venganza son tres de los ingredientes que han debido enfrentar los inmigrantes durante la administración Trump, reversando los avances que tuvieron las políticas migratorias durante el gobierno de Barack Obama.
El presidente desató en julio pasado redadas que prosiguen de cara a identificar residencia y actividades de los migrantes. No cesa en su afán de dejar sentadas las bases de América para los americanos.
A esta andanada se suman el movimiento de supremacía blanca que promueve sus manifiestos e ideas a través de redes sociales, blogs y medios electrónicos de difusión masiva.
No en vano un guatemalteco dijo a BBC noticias que “aquí nos matan y, antes que solidaridad, encontramos voces aprobatorias entre quienes quieren que nos vayamos".
Estos tiroteos han servido de plataforma para reavivar la polémica ante la venta libre de armamentos que se promueve gracias al lobby de la Asociación Nacional del Rifle, creada en 1871. No obstante, el presidente Trump ha defendido en varias ocasiones la seguridad ciudadana como argumento para que sigan abiertas las tiendas, sin mayores restricciones.