Cuando los asambleístas de la Dimayor, representantes de los 36 clubes que la conforman, discutían la continuidad o no del negocio de la TV del fútbol profesional colombiano, los integrantes de la comisión de mercadeo de la Dimayor presentaron la fórmula “mágica” de un negocio internacional de televisión que les representaba en ese momento 300 millones de dólares por 10 años, que después resultó ser por 11, por una “confusión” de cuentas.
El contrato era atractivo en el momento y se ofrecían unos adelantos hasta del 20%, lo cual entusiasmó a los dueños de clubes para autorizar su firma, pero esto llevaba por dentro un arequipe con queso holandés. La idea era reconfirmarle a Win Sports los derechos de todo el FPC, cerrando la posibilidad del otro negocio de la televisión abierta, que no tenía nada que ver en esa instancia, pero lo paquetearon con la garantía de cualquier contrademanda, porque el dueño de estos derechos de la TV abierta era RCN TV, a la vez codueño de Win Sports, es decir, te cierro por aquí la TV abierta, pero te doy por acá la exclusividad de la TV total para explotar por TV cerrada el FPC.
Así se dio paso a la apertura de un nuevo canal premium, que vendiéndolo a valor de $30.000 por mes y con la desbocada compra de por lo menos un millón de hogares fanáticos del FPC o suscriptores era el “negoción” completo, sumando los 30 millones de dólares de derechos internacionales.
Bueno, al final, ni lo uno ni lo otro, el canal premium no se ha vendido como se esperaba en lo mínimo y ha sido rechazado con la etiqueta #Lopagarásumadre, que es tendencia nacional, mientras que el negocio internacional está en una confusión por las investigaciones y pesquisas realizadas por un grupo de los mismos directivos de la Dimayor.
Como en los juegos de esquinas, que te muestran una bolita para que apuestes, pero ahí mismo la esconden o la mueven en un cambio de la base y quedas en ascuas, así está hoy el negocio nacional e internacional del FPC, es decir, sin chicha ni limonada, por lo cual, se comenta que el tema será candente en la próxima asamblea de la Dimayor, donde habrá fuertes cuestionamientos al respecto. Como dice un famoso locutor de fútbol en Cali, no hay tiempo de llorar, ese balón la Dimayor lo tiene adentro y lo tendrá, al parecer, por largo rato.