En el mediodía del 25 de junio de 2012, mientras William Montes almorzaba en su amplia casa del barrio Castillogrande de Cartagena, el CTI entró pateando la puerta. Había sido condenado por la Corte Suprema de Justicia a siete años de prisión por haber sido uno de los firmantes del Pacto de Ralito, el acuerdo firmado en 2002 entre los jefes paramilitares y más de cincuenta políticos colombianos para “refundar el país”, a pesar de que un par de años antes el juzgado séptimo Especializado de Bogotá lo había absuelto por el mismo hecho por falta de pruebas.
Sin embargo, las declaraciones del exdirector de Informática del DAS, Rafael García, hundieron a Montes. García aportó las pruebas a la Corte Suprema con las que demostró que el exsenador conservador quien hoy tiene heredero en el Congreso, recibió el apoyo del exjefe paramilitar Jorge 40 para las elecciones de 2002. Además, para amarrar los votos en el departamento de Bolívar, fue uno de los políticos que asistió en 2003 a una reunión que convocó la exsenadora Eleonora Pineda, también condenada por parapolítica, en su casa junto a Salvatore Mancuso y Diego Vecino. Pineda aseguró que la cita la organizó por petición, entre otros, del entonces congresista Vicente Blel, quien estaba buscando hacer un pacto para apaciguar la presión paramilitar de cara a las elecciones regionales que se venían. El mismo Diego Vecino declararía tiempo después que en dicha cita se encontró con William Montes y Blel, los dos conservadores con mayor poder político en el departamento de Bolívar.
Aunque la justicia colombiana hizo lo posible por trasladar a Montes a una prisión común como La Picota para pagar su condena, no pudieron sacarlo de su casa. El alegato para pagar sus años de cárcel en la casona de Castillogrande resistió cualquier intento de la Fiscalía por revocarlo: el 30 de septiembre del 2013 el Juez Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Barranquilla ratificó su casa por cárcel teniendo en cuenta la condición mental que presentaba su hija menor. Además de los siete años Montes debería pagar una multa de 6.500 salarios mínimos y quedaba inhabilitado para ejercer política durante esos mismos siete años. Pero eso no fue ningún impedimento para seguir siendo el hombre que mandaba en Cartagena.
En la noche del martes 2 de julio el Directorio Nacional Conservador dejó lista la terna que le presentarán al Presidente Duque y de la que saldrá el doceavo alcalde de Cartagena en menos de nueve años. El abogado de la Universidad de la Sabana Emeterio Montes, especialista en derecho aduanero, sin ninguna experiencia política, pero Congresista de la República, había sido quien ternó a Claudia Almeida, actual secretaria de Educación, William Valderrama, quien funge como Secretario de Hacienda, y Nadime Cure, ex secretaria de gobierno. Montes tenía tanto poder por una sola cualidad: ser sobrino de William Montes.
Obtuvo la curul después de que su tía política, Marta Cecilia Curi Rosales, esposa de Montes e hija del controvertido exalcalde de Cartagena en tres periodos, socio de Enilce López y condenado por irregularidades en la contratación, fue destituida. El deseo de Montes contravino al presidente Iván Duque quien quería mantener a Pedrito Pereira como alcalde encargado hasta el 31 de diciembre, cuando se acaba el periodo, e incluso lo ratificó hace unas semanas tras saberse que era posible que su nombramiento se cayera tras la decisión del Consejo de Estado de anular la elección de Quinto Guerra como alcalde de la ciudad.
Vea también: El millonario botín de Cartagena con el que Quinto Guerra se quiere quedar
Pero la votación dentro del partido Conservador fue contundente: votaron a favor de la terna Vladimiro Córdoba, Efraín Cepeda, Wadith Manzur, Yamil Arana, Carlos Trujillo, Orfa Nelly Henao, Blanca Cardona, Armando Zabarain, Juan Camilo Fuentes, Samy Merheg, Juan Camilo Cárdenas, Luis Karol León, Jimmi Díaz y Juan Felipe Corzo. Los únicos que se abstuvieron fueron David Barguil, Leonardo Jácome, Luz Marina Campo y Carlos Londoño.
Montes no estaría solo en esta intención. A su lado estaría Vicente Blel Saad, condenado en enero del 2010 por la Corte Suprema de Justicia por el delito de concierto para delinquir agravado por sus alianzas con los paramilitares en Bolívar. A pesar de estar inhabilitado para estar en política, la casa Blel sigue poniendo alcaldes y gobernadores en el departamento. Estas elecciones no serán una excepción: su ficha será Vicentico Blef Scaff, hijo del exsenador y hermano de la senadora conservadora Nadie Blel Scaff. El pacto entre las casas políticas de Cartagena, los Montes y los Blel, dejaría a los primeros con la alcaldía y a los segundos con la gobernación. El apoyo de Montes será total a la candidatura de Vicentico.
El único que podría impedir que William Montes ponga alcalde en Cartagena es el propio presidente Iván Duque al rechazar la terna enviada por el Partido Conservador. Sin embargo, la suerte está echada de cara a las próximas elecciones regionales de octubre y la Alcaldía de Cartagena se convirtió en una plataforma indispensable para impulsar políticamente a los candidatos. Mientras tanto, La Heroica sigue condenada al caos administrativo por el que ya van 12 alcaldes en los últimos 7 años y a ser saqueada por las casas políticas que la controlan.