Hay un dato inédito de la reciente visita a Washington del alcalde de Cartagena, William Dau Chamatt. El funcionario fue recibido allí por Richard Nephew, coordinador Anticorrupción Global del Departamento de Estado, a quien le expuso su propósito de llevar ante cortes internacionales denuncias sobre lo que describió como un saqueo sistemático antecesores suyos y de concejales en ejercicio a los recursos de la ciudad.
Aunque se mostró como un buen conocedor de la situación colombiana, Nephew no dejó de sorprenderse cuando Dau le dijo que los órganos de control brillan por su ausencia en Cartagena y que la ciudad ha tenido cuatro contralores interinos en los últimos cinco años.
Le contó que uno de esos contralores llegó al cargo a archivar procesos que vinculaban a políticos y exfuncionarios y a abrir en su contra al menos dos procesos disciplinarios, en promedio semanal, por supuestos irrespetos a las autoridades cuando él llama “bandidos” a quienes le ponen palos a la rueda de su gestión porque no les da cuotas o participaciones ilegales en los contratos.
También le describió algunos casos concretos como el de un exalcalde que construyó en la Avenida Pedro de Heredia un lujoso edificio con parte de los recursos de un empréstito concedido por la banca internacional en Washington.
Dau, conocido en los círculos norteamericanos desde comienzos de los 2000 cuando estuvo exiliado en Canadá por causa de su trabajo como veedor ciudadano, fue invitado como conferencista a una cumbre anticorrupción organizada por el Departamento de Estado.