El fundador de Ultra Air y quien fundó también en 2008 la hoy emproblemada Viva Air conoce muy bien cómo funciona el negocio de transportar clientes por los aires. Después de vender aspiradoras puerta a puerta durante tres años, desde los 17, en 1.993, ya con 20 encima, y recién fallecida su mamá de cáncer de seno, buscó trabajar en la aerolínea British Airways en su natal México, porque le dijeron que a los empleados les regalaban tiquetes. Su sueño era viajar por el mundo como mochilero; y si su primer destino para iniciar con aquella travesía lo conseguía gratis, mucho mejor.
Entró atendiendo a los clientes en el caunter de la aerolínea británica. Salió de ella 10 años después convertido en director de la división de carga, en las oficinas de Estados Unidos. Ya había pasado por los cargos de gerente de ventas en México, gerente para las oficinas de Colombia y director de la región Andina.
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Después de renunciar a su puesto en Estados Unidos para cursar una maestría en la Universidad de Stanford, con la que buscaba darle peso a la administración de empresas que hizo el Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa) durante su paso en Colombia, le llegó la idea de crear su propia aerolínea. La idea de fundar Viva Air se la materializaron los directores de la tesis, porque la creación de esta empresa la presentó como trabajo de grado bajo el nombre ‘South American Lowcost Airline Project’, en la cual le ayudó a construir Juan Emilio Posada, expresidente de Avianca a quien terminó sumando a su proyecto.
Viva Colombia, como nació llamándose Viva Air, la terminaron fundando en mayo de 2008 William Shaw, el experto financista Gabriel Migowski, Juan Emilio Posada y Fred Jacobsen, quien fue presidente de Tampa Cargo. Después de sortear varios baches durante cuatro años, la primera aerolínea de bajo costo de Colombia entró en operaciones en mayo de 2012 con un potentísimo socio financiero: el multimillonario Declan Ryan, dueño de Irelandia Aviation.
En 2016, tras la salida de sus tres socios fundadores, que no le siguieron apostando a la empresa, Shaw terminó quedándose solo con los socios capitalistas, pero no pasó un año para que también vendiera su 25%. La empresa colombiana que William Shaw se había inventado quedó en manos del grupo irlandés Irelandia Aviation.
Tras su salida de la compañía, Shaw se propuso ayudar a crear otras aerolíneas de bajo costo y a asesorar otras más que estaban en mal camino. Se unió con el banquero Babawande Afolabi y le montó Green África Airways, una aerolínea ‘low cost’ de Nigeria. Recuperó a Flybondi de Argentina y a Flycana de República Dominicana. Trabajó también con la desaparecida Interjet. Ni siquiera su experiencia y sus maniobras desde la presidencia de la compañía pudieron salvarla de la hecatombe.
Mientras William Shaw organizaba sus ideas y calmaba un poco sus duelos, porque a comienzos de 2019 murió su padre en México, se devolvió para Colombia. Desde la barrera veía cómo la aerolínea Viva Air que él creó se derrumbaba poco a poco en el 2020. La pandemia, que por aquellos días arrasó con personas y de paso se llevó por delante empresas y economías, no tuvo piedad con VivaAir.
Mientras Viva Air se hundía e intentaba salir a flote, William Shaw tenía en mente un negocio que terminaría por ponerle una zancadilla más a la empresa de los aviones amarillos. Fue durante aquel pandémico 2020, en el mes de junio, que Shaw invita a su amigo y socio Óscar Herrera y propone crear Ultra Air, otra aerolínea de bajo costo que pondría a competir directamente con la golpeada Viva Air y con las otras que están en el juego aéreo.
Luego de hacer sumas y restas, para lo que él es tremendamente bueno, Shaw dijo que con su nueva Ultra podría poner los precios hasta un 30% más baratos. Un golpe durísimo para Viva que por aquellos días intentaba levantarse. Ultra Air fue fundada en ese mismo año y empezó a volar en febrero de 2022 con tiquetes a 30 mil pesos.
William Shaw y su Ultra han logrado arrancar un 10% del mercado, liderado por Avianca y Latam que tienen el 42% y 21%, mientras que Viva, la primera compañía de Shaw dio la noticia que cierra operaciones y que sus aviones se quedarán en tierra. Ya no tienen plata para mover sus 16 aviones.
Sumada a la crisis económica por cuenta del Covid, los altos precios de la gasolina que llegaron a valores históricos en 2022 y el valor de la moneda gringa terminaron por hundir la empresa, mientras que William Shaw, a quien llaman el rey midas de las aerolíneas de bajo costo, está creciendo a la carrera con sus seis Airbus 320 pintados de naranja con los cuales está pidiendo pista para aterrizar en Ecuador, Aruba, Punta Cana, Venezuela Estados Unidos y su natal México.