La relacionista pública Pilar Jiménez Ospina alertó en el grupo de Wikimujeres sobre el drama que sufrió una de sus amigas detenida durante 15 horas en una oficina de inmigración en el aeropuerto de Fort lauderdale. Durante ese tiempo ella, su esposo y sus dos hijos no pudieron comer ni descansar nada. Solicitó tan solo una recomendación. A los cinco minutos alguien que se hace llamar LuluAgs, y a quien Pilar no conocía, le consiguió un abogado experto en el tema de inmigración. La consulta se la hizo gratis.
La gran mayoría de las 20 mil mujeres que forman parte del grupo están felices. Allí resuelven, en cuestión de minutos, que plomero les puede ayudar con el desague que tienen en la cocina, han encontrado cédulas, carteras y hasta computadores portátiles que creían perdidos. El grupo lo creó la argentina Geraldine Pomato cuando recién llegaba a Colombia. Ha ganado tanta celebridad que ella y un grupo de sus Wikimujeres fueron portadas de Soho. En su país manejaba un grupo de comunidad de mujeres que servía de foro y de soporte a muchas de ellas. Aprovechó que en el país no existiera esa cadena de favores y lo abrió. Empezó como un pequeño grupo secreto en Facebook y ya tiene más de 40 mil disgregados en España, Ecuador, Argentina y Colombia. Pomato ha conseguido tal celebridad que llegó a ser portada de Soho el semestre pasado.
La mujer que desee entrar al grupo no la tiene fácil. Tiene que ser recomendada por alguien que esté adentro y, mientras se analiza el perfil se puede tardar dos semanas la decisión. La selección tan minuciosa ayuda, según Pomato, a que el grupo no se desborde y siga siendo una especie de grupo de amigas cerrada. Por día Pomato recibe 800 solicitudes y ahora hay cerca de 10 mil mujeres más esperando entrar al grupo. No está permitido el ingreso de hombres. El único que estuvo a punto de entrar fue al columnista Adolfo Sableh a quien le iban a extender un permiso por 24 horas. A última hora se lo denegaron.
Esa selección ha hecho que el grupo sea tildado de clasista. Las denuncias van y vienen. La última, y la que ha tenido más repercusión, fue la que presentó la abogada y corresponsal de la W Valeria Santos quien describió la idea de Pomato como un grupo de mujeres de estrato 6 que discrimina, calumnia y agudiza la brecha social. Lo que indignó a Santos fue ver publicaciones de cédulas correspondientes a empleadas del servicio que son acusadas de ser ladronas, malas trabajadoras, perezosas y hasta abusadoras de niños. Si bien hay integrantes del grupo que creen válido alertarse y pasarse la voz sobre posibles empleadas domésticas que no hacen bien su trabajo, lo que molestó a Santos fue que estas denuncias, si son ciertas, no se hicieran ante un ente como la Fiscalía. El grupo no debería ser un cadalso para acabar con la honra de una persona. Santos, antes de ser expulsada, fue ampliamente matoneada por sus compañeras de grupo las que la acusaron de ser una maltratadora de animales solo porque dejaba a su perro solo en el apartamento mientras salía a trabajar.
Natalia Ulloa, otra colombiana residente en Chile, fue expulsada por mostrar su desacuerdo con el manual de convivencia impuesto por Pomato al que acusó de fascista. Ella, y todas las que hicieron un comentario contra Wikimujeres, vieron la tarjeta roja. La rebeldía, dentro del grupo, es inaceptable.
Otra integrante del grupo que fue expulsada y que se presenta con el nombre de Ana María hizo otra acusación mas seria. Cuestionó públicamente los criterios que asume Pomato para publicitar marcas dentro del grupo. Según la denunciante empieza a hablarse mal dentro del grupo de una marca en particular. La única forma de hacer parar el rumor y los malos comentarios es que el cliente en cuestión publicite con Wikimujeres. Según Ana María, en declaración dada a la W, ningún dueño de marca se atreve a denunciarlo por el miedo que despierta el matoneo del grupo.
Mientras que estas denuncias arrecian las Wikimujeres ellas expresan su felicidad por redes sociales. No dudan en decir que las Wiki han ayudado a encontrar jóvenes que estaban secuestradas en negocios de trata de blanca, en conseguir trabajo y hasta novio. Las solicitudes para ingresar arrecian con la misma intensidad que están arreciando las denuncias y los malos comentarios.
