Hace 22 años se inauguró en la calle 127 con Autopista y desde entonces sobre este lugar se han contado historias que los bogotanos han ido pasando de voz a voz
Se llama Moroni. Mide tres metros. Tiene una trompeta en su mano derecha y unas planchas de oro en la izquierda. Es el ángel que desde su cúspide custodia el templo mormón de Bogotá
Incluso una vez se inventaron que en medio de la noche un helicóptero comandado por paramilitares se iba a robar aquel ángel dorado.
Ese es uno más de los mitos en torno a este edificio forrado en un fino mármol de color gris, levantado en el barrio Batán, en la calle 127 con Autopista norte
De la Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días, como realmente se llama la religión que profesan en este templo, se ha dicho:
Que es un búnker para resguardar a los casi 80 mil fieles de su iglesia que hay en Bogotá en caso de una catástrofe
Han dicho también que este edificio tiene túneles secretos que conectan con la embajada norteamericana y el aeropuerto El Dorado
También han dicho que dentro de la estructura hay bóvedas secretas atiborradas de comida para calmar la hambruna de sus cristianos.
Pero la realidad es que en este gran templo de mármol de 10 mil metros cuadrados no hay túneles, tampoco hay bóvedas ultrasecretas y no es un búnker anti fin del mundo
Es uno de los más de 140 templos de la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días, para sus más de 15 millones de fieles alrededor del planeta. Y Moroni no es de oro macizo