Cientos de mujeres les entregan sus melenas a las tijeras de negociantes como los Restrepo en Bogotá que las vuelven millonarias pelucas.
Santiago Restrepo lleva toda su vida metido en la compra y venta de pelo. Es un negocio familiar que le heredó a sus padres, hace 15 años, en los años setenta.
El negocio lo empezaron en el barrió Restrepo. Las primeras clientas de aquellas colas de caballo postizas fueron las mujeres que atendían y visitaban los cafetines del centro.
El éxito del negocio llegó cuando a don Guillermo Restrepo lo contactaron de una programadora colombiana para que Bari les fabricara las pelucas para el programa Revivamos Nuestra Historia
Si el pelo es largó, superior a 60 centímetros y, además, es abundante, se pagan no más de 300 mil pesos. Si es largo pero el volumen es poco, pagan entre 100 y 150 mil pesos.
La oferta de pelo incrementa con la llegada de fechas especiales en donde la gente necesita dinero, como en diciembre y a finales de enero con la temporada escolar.