A finales del 2014 Silvestre Dangond pasaba su peor momento. Su popularidad en Colombia seguía imparable pero los problemas personales, los excesos y el hecho de no haberse convertido aún en una super estrella de la música mundial –su gran sueño- lo hundían en la depresión. La clave para salir de ella fue seguir los consejos que su círculo inmediato de amigos –conformado entre otros por el abogado Abelardo de la Espriella- le dio: contratar a Walter Kolm.
El argentino de 48 años es considerado el mago absoluto de la música latina. Su gestión logró milagros como sacar del pozo en donde se encontraba metido Carlos Vives, relanzarlo con un sonido mucho más urbano sin perder la esencia de sus ritmos. Kolm es el baluarte detrás de un Vives aún vigente a sus 55 años. Kolm era un viejo conocido de la industria de la música. Estuvo al frente del sello Universal Music Latin hasta el 2011. Allí manejó e impulsó las carreras de Juanes Wisin & Yandel, Juanes, Enrique Iglesias y David Bisbal. Se retira y crea su propio sello, WK Entertainment. Después de relanzar la carrera de Vives se enfrentó a su máximo reto.
En octubre del 2014 apareció en Colombia un joven de 18 años de cara bonita e incierto talento. Era jurado de la Voz Kids. Se llamaba Juan Luis Londoño pero todos lo conocían por su nombre artístico, Maluma. Muchos creían que iba a ser una estrella efímera, alguien que podría disfrutar sin problemas de su cuartíco de hora de fama. Pero el joven que soñó alguna vez con ser futbolista profesional y que dos años atrás lanzaba sus discos con la ayuda de sus papás se repotenció. El álbum cuatro babys lo convirtió en una super estrella mundial al que le coqueteaba incluso la heredera de la dinastía Lamborgini.
Empezaron las giras extenuantes y también un nivel de reconocimiento que nunca pensó tener. En diciembre del 2017, en su concierto en Barcelona, llegaron a estar en su camerino, casi que rogando por una foto, Shakira, Piqué, Luis Suarez y Messi. Ese día también asistió Sergio Agüero, ídolo argentino del Manchester City. Maluma ya ha grabado canciones con Ricky Martin y, el día de su cumpleaños 26, en París, uno de los deseos más grandes que tenía el estelar delantero brasilero Neymar era que el paisa le cantara el Happy birthday. Al hacerlo uno de los mejores delanteros del mundo no pudo reprimir el llanto. La clave de Maluma fue haber recibido el apoyo de Kolm quien siempre creyó en él. Del argentino aprendió a levantarse, en giras, a las cuatro de la mañana para empezar el día en el gimnasio. Se cuidó aún más la voz y le asignaron un equipo de casi 70 personas –una cifra de ayudantes que sólo los más grandes como los Rolling Stones tienen- que lo acompañan en carretera.
El momento en el que cierran la unión Silvestre y el empresario argentino
Por eso Silvestre Dangond intentó varias veces convencer a Kolm de que lo manejara. Quería dar el salto, dejar de ser sólo el máximo ídolo del vallenato nacional y transformarse en un artista de influencia continental. Se reunieron, negociaron, incluso lo invitó varias veces a sus conciertos para que lo viera en escena. El 21 de julio del 2016 el argentino dio el sí en una reunión en Miami en donde, en esta foto, se ve el momento de estampar su firma en el contrato final.
Dos años después Silvestre tiene más influencia global. Se pasea por alfombras rojas en Estados Unidos, la gente lo reconoce y le pide autógrafos. Kolm se ha convertido en uno de los pocos hombres que le hablan al oído, sabe que hay que escucharlo, sabe que esas palabras fueron las que convirtieron a Maluma de ser jurado de la voz kids al reggetonero más popular de Latinoamérica
