"Recuperar lo salvaje significa detenerse a pensar, reconsiderar los valores transmitidos y tener el coraje para construirse uno mismo la existencia y dotarla de sentido." (Eduardo Infante)
Hay una frase que hizo que reflexionara acerca del sentido y dirección de nuestra existencia, igualmente cómo va el mundo y hacia dónde, y es la pandemia fue la tomografía computada de la sociedad, y de allí salió el diagnóstico: predominio de individualistas, brutos, necios, presumidos, soberbios y narcisistas.
Nos sentimos vulnerables no solo por el sistema social que campea en las sociedades actuales, sino también por las economías capitalistas manejadas por empresas multimillonarias aumentando la pobreza y la desigualdad, donde no hay credibilidad por el ser humano ni por sus dirigentes y muchos menos por nuestros vecinos, notándose esto en las relaciones sociales maltrechas e incluso en la vida familiar.
Vamos de lado a lado tratando de aterrizar esa incertidumbre que poco a poco se apodera del ser humano, generando en consecuencia esa ansiedad que ni con medicamentos se nos quita, ese estrés generalizado que agudiza aún más esa angustia, llevándonos al borde de la locura a muchos y del suicidio a otros.
Pero ¿Cuál podría ser el tratamiento? o ¿cómo enfrentar esta asocialidad para minimizar el daño mental o emocional? “La vida es como visitar al dentista. Siempre crees que lo peor está por llegar, cuando en realidad ya ha empezado” (Bismarck), de ahí que cualquier tentativa para combatir la presión psicosocial que se genera, está encaminada a fortalecerlo desde adentro, tratando de obtener ese motivo, empuje, aspiración u objetivo que nos despierte la parte instintiva para lograr esa finalidad; es el hombre quien subsiste al cobijo de la esperanza en ese futuro, radicando su salvación en los momentos más difíciles y en el empeño de sus cinco sentidos para dicha tarea.
"De la pandemia salimos mejores", decían las voces del mundo Barbie y otros aseguraban que entre más educación más cultura; sin embargo, sin ideas ni horizontes la vida se reduce única y exclusivamente a la supervivencia, convirtiéndonos en consumidores sin esperanzas, con deseos y necesidades; pero entonces cómo determinar la influencia de la vulnerabilidad, incertidumbre y ansiedad referidas anteriormente, dando la impresión a lo que Bauman llamó “tiempos líquidos”, es decir, a esa conciencia sobre la incertidumbre incorporándose esta por derecho propio a nuestra cotidianidad.
No queda duda que algo se está gestando, algo está saliendo a la luz y no tenemos las herramientas para determinar su propio valor, basta ver en el caso de Colombia las triquiñuelas de los gobernantes para nombrar políticos, magistrados que apoyen sus politiquerías; las marullas extranjeras para evitar que las mujeres sean elegidas gobernantes; el pago de coimas para adjudicación de contratos en toda américa latina; presidentes derrocados por movimientos indígenas para nombrar solo algunos de esos fenómenos sociales que invaden el ambiente humano.
Nuestra esperanza secreta es que «aquí se está gestando algo que será mayor que nosotros», en palabras de Biung Chul Han, filósofo coreano quien se ha identificado con los problemas mundiales, en especial interpretando esos movimientos sociales y sus consecuencias generados a partir precisamente de esa diversificación social y humana en todos los sentidos, desde el sistema de gobernar hasta la perdida de la esperanza generalizada en los asociados de cada país; de ahí que haciendo una analogía con lo que ocurre, entendemos que en verdad enfrentamos una nueva sociedad con nuevos argumentos para identificar la maledicencia que se vislumbra en el ambiente social y cultural.
Las visiones con que soñamos despiertos tienen un potencial utópico e implican una dimensión política, mientras que los sueños nocturnos se quedan en lo privado, por lo que no queda otra cosa que eso, soñar con que los cambios venideros mejoren nuestra posición, por un lado, aseguren nuestra supervivencia por el otro y lo más importante aún, poder seguir creyendo que en un futuro cercano aparecerán de la nada las soluciones que requerimos para cumplir nuestros sueños.
“Estamos padeciendo una crisis múltiple. Miramos angustiados a un futuro tétrico. Hemos perdido la esperanza. Pasamos de una crisis a la siguiente, de una catástrofe a la siguiente, de un problema al siguiente” (Byung Chul Han)